Fue a las diez de la mañana. En la Plaza Mayor de León. San Juan se acercó a La Dolorosa, se inclinó y dio a la Virgen la mala nueva: Jesús ha muerto en la cruz. Como ocurre desde hace siglos, con la misma emoción con que siempre lo ha escenificado la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, el acto central de la Semana Santa leonesa volvió a sobrecoger a miles de asistentes a un acto merecedor del reconocimiento de Interés Turístico Internacional.

Los más madrugadores estaban situados en los momentos claves de la plaza tres horas antes del momento cumbre del Encuentro. Otros lo hacían desde privilegiados balcones, algunos cedidos por el Ayuntamiento por sorteo y otros incluso pagando dinerales. Poco a poco, los doce pasos que esta mañana desfilan en la Procesión de los Pasos fueron tomando posiciones en la Plaza Mayor. El Nazareno, titular de la cofradía, en el punto central. La Dolorosa accediendo de frente a la talla de San Juan, acercándose poco a poco entre la música de la banda, que suma emoción al momento clave.

Desde arriba presidían el acto las autoridades, con el subdelegado del Gobierno, el alcalde de León, el presidente de la Diputación y el delegado territorial de la Junta a la cabeza. Ellos, como el resto de los fieles asistentes, turistas y periodistas acreditados incluso de otros países, acompañaron la salva de aplausos cuando culminó este acto que se repite como desde hace siglos cada Viernes Santo.

La continuación, con los paponers extenuados, la comitiva continuó camino de la Catedral, como parte de un recorrido en el que otras miles de personas vibraron con la procesión más laureada de la capital leonesa. Y así hasta las tres de la tarde.

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