La clasificación, análisis y validación de la variada actividad hospitalaria, tanto para la mejora de la gestión de procesos como para el seguimiento asistencial, precisa de sistemas complejos que ofrezcan resultados homogéneos y de calidad.
El hecho de que cada paciente presente características y circunstancias únicas complica la gestión objetiva analítica en conjunto en un hospital o del estado de salud de una colectividad; se plantea la necesidad, por tanto, de una gestión de la casuística usando una metodología que, por medio de la agrupación de pacientes, genere grupos de “casos homogéneos” más gestionables y estadísticamente significativos. Para ello es necesaria la codificación de la información; su agrupación; y el análisis e interpretación de la misma, de manera que, cuanto mayor sea la calidad de los datos de cada usuario introducidos en el sistema, mejor serán la evaluación disponible y las posibilidades de su uso en la gestión asistencial.
Con este fin, las organizaciones sanitarias usan los analizadores clínicos asistenciales, herramientas basadas en los llamados grupos relacionados para el diagnóstico: complejos algoritmos encargados de la clasificación de todos los episodios asistenciales en conjuntos de pacientes a través de sus características demográficas, diagnósticas, terapéuticas y/o de consumo de recursos sanitarios. De esta forma es posible la validación, clasificación y agrupación de los resultados hospitalarios, de acuerdo con lo establecido por normativa sanitaria expresada en el Real Decreto 69/2015, por el que se regula el Registro de Actividades de Atención Sanitara Especializada.
La Gerencia Regional de Salud de Castilla y León utiliza el analizador clínico asistencial Decisys-APR, cuya contratación para la cesión de su uso durante dos años en los hospitales y servicios centrales de Sacyl, ha sido autorizada por el Consejo de Gobierno destinando a tal fin 455.480,30 euros.
El Decisys-APR se estructura a través de indicadores esenciales de variables en la actividad sanitaria: casuística general de la atención especializada; eficiencia en los procesos hospitalarios; días de estancia evitables; gravedad y riesgo de mortalidad del paciente; indicadores de calidad de la asistencia; prevención de readmisiones; y complicaciones o cronicidad de la población.
Y la utilización de este analizador clínico asistencial, habilitado por medios de cuadros de mandos complejos y ejecutivos, incrementa la capacidad descriptiva y explicativa de esas variables de resultados hospitalarios, frente a otros sistemas menos refinados que no utilizan la clasificación de pacientes en grupos clínicamente homogéneos.
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