En la calle de Los Canteros, en la zona situada detrás del convento de la Encarnación, dos pequeños miradores, al norte y al oeste, y con losas y estelas de granito sobre lo que será una pradera “evocan la disposición de las tumbas en el cementerio” con un “aspecto metafísico”, según Darío Álvarez, uno de los arquitectos del proyecto junto a Miguel Ángel de la Iglesia.

“El jardín se construye como espacio compuesto a partir de unas líneas de granito que vinculan diferentes puntos del lugar con elementos de la antigua ciudad, en una superposición de tiempos”, ha detallado.

Ciudad antigua

Es un “paisaje de conmemoración, que se construye en relación a la ciudad antigua, a la vista de las murallas”, que supone “un paisaje de la ausencia que visualiza un complejo juego de superposiciones temporales”, como son “el tiempo medieval del cementerio original, el tiempo posterior como paisaje de la desaparición y el tiempo actual recobrado”.

Los restos humanos hallados en la excavación se enterraron el 7 de julio en un túmulo construido en el jardín, ante la presencia de rabinos llegados de Londres y Nueva York.

La consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, ha destacado que en la intervención se han tenido en cuenta las costumbres, ritos y tradiciones judías, de acuerdo a la Federación de las Comunidades Judías de España.

El proyecto “contribuye a la dignificación del lugar, que lo dota de significado histórico y cultural”, y “reconoce la presencia de la comunidad judía en la ciudad de Ávila a lo largo de varios siglos. La inversión ha sido de 61.000 euros: 50.000 de la Consejería de Fomento y 11.000 de la de Cultura.

Por su parte, el alcalde, Miguel Ángel García Nieto, ha dicho que este hito se une a otros de lo que representó la población judía en la ciudad, y ha destacado como la su comunidad, “tan castigada y repudiada siempre”, ha agradecido el que se haya sido “muy respetuosos” con los restos.

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