El consejero de Economía y Hacienda y portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, ha explicado que se investiga el fallecimiento durante el apagón energético de una persona con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que precisaba de un sistema de ventilación mecánica domiciliaria y cuando llegó la unidad de soporte vital básico se constató que "previo a pulsar el sistema de teleasistencia la persona ya había muerto".
"Habrá que realizar un estudio más detallado para determinar las causas del fallecimiento de esta persona, que tiene que ver también con la conexión eléctrica, pero lógicamente su vinculación a la falta de energía eléctrica durante ese periodo es algo que exige un análisis mucho más profundo", ha remarcado Fernández Carriedo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
El consejero ha detallado que esta persona tenía, como otras 3.500 personas en la Comunidad, un sistema de ventilación mecánica domiciliaria, dispositivos que cuentan con una batería que dura entre seis y nueve horas, y cuando alguien llamó se atendió el aviso. "No queremos tampoco anticipar si el sistema agotó su batería u otra circunstancia", ha concluido.
De la misma manera, Fernández Carriedo ha puesto en valor que todas las personas que requirieron los servicios sanitarios durante este momento recibieron la respuesta correspondiente y fueron trasladados a centros hospitalarios.
"Nos preocupó mucho desde el primer momento la atención de las personas que lo necesitaban durante el apagón", ha enfatizado, al tiempo que ha explicado que en Castilla y León hay 16.000 pacientes que requieren de respiradores o dispositivos similares. De hecho, ha precisado que durante el apagón energético se atendió a un total de 59 pacientes que fueron trasladados al hospital.
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