La Junta de Castilla y León incluirá, previsiblemente, en los próximos Planes Estatales de Vivienda cuatro nuevas Áreas de Regeneración Urbana (ARU), correspondientes al barrio 29 de Octubre, de Valladolid; ARU de ?Ebro-Entrevías?, en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro; ARU del Barrio de San Cristóbal, de Burgos; y el ARU ?Tierras del Renacimiento?, en los municipios palentinos de Becerril de Campos, Cisneros, Fuentes de Nava y Paredes de Nava.

Estas cuatro ARUs se suman a las 19 que se están desarrollando desde 2013 en Castilla y León y que posibilitarán la intervención en un total de 2519 viviendas, con una inversión global de 57,3 millones de euros, financiados por el Ministerio de Fomento, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, los ayuntamientos respectivos y los particulares beneficiados.

Actualmente existen más de 80 solicitudes que esperan la declaración de ARU para optar así a la financiación pública para mejorar y sanear zonas urbanas especialmente degradadas y abandonadas. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente tiene, por tanto, previsto continuar con esta política de rehabilitación y regeneración urbana al constatar y confirmar la capacidad dinamizadora de creación de empleo e impulso económico de esta actividad.

Desde que en 1998 se declarase la primera Área de Rehabilitación Integrada (ARI) a ?La zona de Platerías, Catedral y sus entornos en el Casco Histórico de Valladolid?, que permitió ejecutar entonces obras en 479 viviendas, en Castilla y León se han completado un total de 59 ARIs.  Esta primera actuación llevada a cabo en la Comunidad iniciaba el camino que ha culminado con la rehabilitación de más de 10.300 viviendas hasta la fecha y un coste total de las obras de 143.524.000 euros.

Inicialmente, los objetivos de los Planes Estatales de Vivienda estaban orientados a fomentar la iniciativa privada y a poner en valor las áreas históricas. Se programaban, de forma prioritaria, actuaciones de rehabilitación en cascos históricos (Áreas de Rehabilitación de Cascos Históricos- ARCH) que promovían la recuperación de los tejidos históricos y la conservación de su patrimonio arquitectónico. De las 59 áreas de rehabilitación, 25 afectaron a Conjuntos Históricos como el de las Canonjías y la Judería, en Segovia; el de Mogarraz, en Salamanca;  Ponferrada, en León; Toro y Fermoselle, en Zamora; Burgo de Osma, en Soria; Medina del Campo, en Valladolid; y Cuéllar, en Segovia, entre otros.

La evolución de los sucesivos Planes Estatales de Vivienda siguió la tendencia de las políticas europeas, extendiéndose la practica rehabilitadora a barrios degradados y sus entornos. Existen numerosos ejemplos de estas Áreas de Regeneración Urbana (ARU) en un gran número de las capitales de provincias, tales como el ARU de San José Obrero y el Palo Mirasierra, en Segovia; el barrio del Carmen, en Palencia; o el de la Rondilla, en Valladolid.

Los beneficios de este tipo de actuaciones en ámbitos del medio rural sin reconocidos valores patrimoniales han sido también palpables, redundando tanto en la calidad de vida de los propietarios como en el conjunto de sus habitantes, ya que han supuesto un foco generador de empleo local. Entre las experiencias rehabilitadoras en este tipo de tejidos tradicionales podemos incluir el ARU de La Pedraja de Portillo, en Valladolid; Coreses, en Zamora; o incluso áreas que compartían agrupaciones de municipios o mancomunidades, como el de Sierra de Ayllón, en la provincia de Segovia, o el de Tierras del Renacimiento, en la provincia de Palencia. Este último, ha recibido ya una subvención de 1,9 millones de euros para la rehabilitación de 240 viviendas y la reurbanización de la zona aledaña en los municipios de Becerril de Campos, Cisneros, Fuentes de Nava y Paredes de Nava, con una inversión total de casi 5,5 millones de euros. Las viviendas objeto de rehabilitación presentan una tipología de vivienda unifamiliar con una antigüedad media superior a los 50 años y la intervención se centra en reformar su estructura, su fachada y cubiertas, y mejorar la imagen que proyectan al espacio urbano utilizando materiales típicos de la zona, al tiempo que se aprovecha para optimizar también su accesibilidad y eficiencia energética.

El proyecto contempla también la reurbanización de las zonas adyacentes para soterrar el cableado aéreo de todas la vías y los contenedores de recogida de residuos; la mejora en la pavimentación de calles, dando preferencia a vías peatonales; el desarrollo de la eficiencia energética y ahorro, con la colocación de lámparas tipo led; y las obras para optimizar el uso del agua para el riego.

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