Las primeras investigaciones en el interior del macizo siete del Pozo Emilio estiman que los seis mineros habrían muerto en cuestión de pocos segundos. El gas salió “como un tsunami”  durante los primeros quince minutos, por lo que los mineros tan solo habrían tenido tiempo de sentir una nube de polvo que precedió al grisú que eliminó rápidamente todo el oxígeno de la estancia.

Se liberaron en total 12.000 metros cúbicos de gas en un espacio de 20 x 15 x 2,5 metros, que es aproximadamente el tamaño del módulo séptimo del pozo, donde se produjo el suceso.

 

“El caudal de gas grisú liberado no hay turbina que lo aguante”. Son las primeras conclusiones que han tomado los técnicos que investigan este lunes el suceso registrado la semana pasada. La comisión que ha bajado al interior de la mina investiga tanto el suceso como el estado de los otros dos módulos del Pozo Emilio para determinar si están en condiciones para que se reanuden los trabajos en ellos.

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