Según informa Cadena SER, un niño de 10 años ha sufrido graves lesiones en la piel tras explotarle un móvil en las manos. La madre afirma que su hijo empezó a gritar y vio como el móvil estaba emitiendo un humo negro, además de expulsar ácido de la batería.
Tras arrojar el aparato al lavabo con agua, el niño tuvo que acudir al Hospital Universitario de Burgos debido a las quemaduras químicas. El pequeño tuvo que ser operado por un cirujano plástico porque "las quemaduras químicas son mucho peores que una quemadura normal"
La madre ha decidido denunciar tanto a la empresa fabricante del móvil como a la suministradora por lesiones. El objetivo de esta denuncia es reclamar por los daños sufridos, pero también para concienciar del riesgo de los móviles usados por niños y que se elabore un protocolo para estas situaciones.
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