La prometida videovigilancia de incendios no han funcionado en el peor año en décadas

Prometidas en julio del 2016, y retrasadas en varias ocasiones por "dificultades técnicas", la veintena de cámaras de infrarrojos son hoy apenas seis a pesar de que la provincia leonesa haya sufrido más de la mitad de los 2.500 incendios que ya suman este año en la Comunidad

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En julio de 2016, hace ya un año y cuatro meses, el consejero de Fomento y Medio Ambiente realizó el primero de los enésimos anuncios públicos para la implantación en bosques de la comarca del Bierzo de un sistema con una veintena de cámaras térmicas y ópticas para la detección de incendios, a la imagen y semejanza del plan pionero que obtuvo primero en Soria y luego en Zamora resultados positivos, según la Junta de Castilla y León.

Desde entonces hasta aquí, amén de la reiteración política de este plan minimizar los siniestros en el Bierzo y perseguir a sus autores, tan sólo hay seis cámaras instaladas. Y a estas alturas es evidente que el sistema anunciado en 2016 no estará completo y plenamente operativo, con suerte, hasta 2018. "Se están retrasando", admitió hoy Suárez-Quiñones, quitándole importancia al hecho de que haya pasado la peor temporada de incendios que se recuerda, entre otras cosas con el siniestro más grande por extensión del España este año, y este sistema de vigilancia no haya funcionado aún.

"Hay dificultades técnicas importantes, pero es una actuación en la que no tengo prisa, prefiero que se haga bien", aseguró hoy en León ante preguntas de los periodistas. Cabe recordar que, según admitió el propio consejero y detallará la semana que viene en las Cortes de Castilla y León, este ha sido uno de los peores años de las últimas décadas en materia de incendios, con más de 2.500 incendios en lo que va de año, más de 1.500 de ellos sólo en los primeros cinco del año, "derivado de la sequía", y como siempre casi la mitad protagonizados en suelo leonés.

La red de cámaras y su unidad de control, que estará ubicada en la Delegación Territorial de León, tiene un coste anunciado en su día de un millón de euros, 200.000 de los cuales serán sufragados desde la Fundación Patrimonio Natural -que depende de la Junta- tras habérselos cedido por un convenio la empresa pública Red Eléctrica Española (REE), tras la firma impulsada a principios de este verano.

El propio consejero ha anunciado casi una decena de veces este plan, siempre en cada visita a los peores siniestros forestales del Bierzo -como el que abrasó la valiosa y patrimonial Tebaida la pasada primavera, calcinando 2.600 hectáreas-, resaltando que la videovigilancia sería puntera gracia a las cámaras de infrarrojos.

Ya en una de la súltimas visitas, a finales de verano, el consejero admitió que no será hasta 2018 cuando se completará la instalación de la veintena de cámaras de vigilancia prevista, porque "avanzamos en esas primeras diez que estarán terminadas en este mes de septiembre -las había prometido para junio, al presentar el operativo de verano- y seguiremos con la segunda fase a continuación hasta más de veinte que se van a instalar, pero cinco están ya visionándose en el centro de control", explicó el pasado septiembre. Diez cámaras que siguen siendo sólo seis.

Lo que sí aseguró que ha funcionado en el también anunciado dron, el aparato no tripulado que el Ministerio de Defensa destinó a la provincia leonesa de los cuatro disponibles en españa, concretando que lo ha hecho "de día y de noche". Un aparato de cuyos resultados darán cuenta en una próxima comparecencia conjunta que anunció ayer en unas jornadas sobre incendios organizadas por la Junta y la Fiscalía de Castilla y León, donde subrayó que el uso del territorio es el mayor condicionante de la existencia de los fuegos provocados.

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