El fuego intencionado del último fin de semana se dio por apagado el lunes 28 a primera hora de la mañana, pero el viernes 1 de septiembre surgió una reproducción en un punto de la zona del perímetro quemado.
Tras la intervención de varios efectivos, entre ellos el helicóptero del puerto del Pico, se sofocaron las llamas.
Desde ese momento permanecieron efectivos pendientes de que no volviera a prenderse. En la mañana del domingo se encontraba un bulldozer, una autobomba, una cuadrilla de tierra y un agente medioambiental, que por la tarde se retiraron de la zona sin que se haya considerado extinguido y se mantenga como controlado.
El fuegó quemó 1.095 hectáreas: 1.033 de matorral, 45 de terreno agrícola y 17 de arbolado.
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