Castilla y León vivió en este 2022 acontecimientos políticos inéditos en su reciente historia autonómica. Los ciudadanos fueron llamados a las urnas en unos comicios adelantados por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, que rompió así el ciclo electoral de mayo de 2023. El nuevo Gobierno de la Comunidad volvió a ser de coalición por segunda vez consecutiva, pero con Vox, en la primera experiencia en España con el partido de Santiago Abascal.
Nueve meses después de su toma de posesión, el Ejecutivo presidido por Alfonso Fernández Mañueco (PP) y vicepresidido por Juan García-Gallardo (Vox) ha aprobado su primer presupuesto. “El Gobierno está fuerte como un roble”, calificó el ‘número dos’ de la Junta. “Este Gobierno refleja la representación obtenida en las urnas”, sostuvo el primero.
Pero en el día a día los excesos verbales de García-Gallardo han tomado protagonismo en el ámbito nacional sobre la acción de un Gobierno, que se estrenó en abril con un plan de 75 medidas y 470 millones para hacer frente al deterioro económico y social por la guerra en Ucrania y la escalada de la inflación, con la inclusión de una rebaja impositiva y de tasas autonómicas.
La violencia de género, negada por Vox, que prefiere referirse a la violencia intrafamiliar; la nueva regulación para víctimas de la dictadura franquista, que se materializará como norma de concordia; las ayudas a inmigrantes y el Diálogo Social, con una reducción de ayudas a la representación institucional de los agentes sociales, han marcado diferencias entre los socios en estos primeros meses de gobierno.
Escalada verbal y cambio de tono
Sin embargo ha sido en los plenos de las Cortes donde ha subido el tono y se han vivido momentos de tensión, con insultos, descalificaciones, la suspensión durante quince minutos de una sesión -”¡Qué se jodan!”, se escuchó con el microfono abierto al vicepresidente primero de la Cámara, Francisco Vázquez- y la petición en dos ocasiones de la reprobación de García-Gallardo por parte de la oposición socialista, salvado por el PP.
El ‘número dos’ de la Junta insultó a una procuradora socialista con discapacidad, llamó “imbécil” al anterior vicepresidente Francisco Igea (Cs) y calificó de “banda criminal” al PSOE de Pedro Sánchez. En ninguno de los casos retiró sus palabras, sino que se presentó como víctima de los ataques de la oposición, pero sí lo hizo el presidente de las Cortes, Carlos Pollán (Vox), para que no figuraran en el diario de sesiones.
En ese contexto, la procuradora socialista Alicia Palomo calificó de “fascista” al consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones (Vox), y Pablo Fernández (Podemos) a García-Gallardo de profesar “una ideología fascista”, por lo que Pollán le retiró la palabra. Las llamadas al orden del presidente de las Cortes han sido constantes, pero no al vicepresidente, por lo que ha sido acusado por la oposición de no ser neutral.
Fernández Mañueco apeló, ante esos hechos, a la moderación y la desescalada verbal, pero sin desautorizar al vicepresidente, cosa que sí hizo con el consejero de Industria, Comercio y Empleo por decir que hay trabajo, pero no ganas de trabajar por parte de algunos.
El presidente del Gobierno también se ha convertido en protagonista de los plenos de las Cortes. Fernández Mañueco obvia a Luis Tudanca en la sesión de control y responde con la critica reiterada a Pedro Sánchez, al que culpa de todos los males de Castilla y León. También de “agravio y traición” en el reparto de las inversiones presupuestarias. El portavoz socialista acude a la ironía: “Esperaba la respuesta”, afirmó en su último duelo parlamentario.
No era el resultado previsto
Las elecciones celebradas el pasado 13 de febrero depararon un resultado distinto al esperado por Fernández Mañueco y por el PPCyL. El presidente de la Junta adelantó los comicios para poder gobernar en solitario, con el argumento de riesgo de una moción de censura al haber perdido el bloque PP-Cs la mayoría por la salida de la procuradora María Montero de las filas naranjas y de “deslealtad” de Francisco Igea en la negociación de los presupuestos.
Ganó las elecciones con 31 escaños, dos más que en mayo de 2019, pero lejos de la mayoría absoluta (41 procuradores). Vox ascendió de un representante a 13 y se convirtió en llave de Gobierno. El PSOE pasó al segundo lugar, de 35 a 28 escaños; Ciudadanos se quedó con uno, igual que Podemos. Los vencedores de la noche electoral fueron Soria Ya, que entró en las Cortes con tres escaños, los mismos de UPL, que ganó dos. Por Ávila mantuvo su procurador.
Pacto con Vox
Se abrió la negociación entre PP y Vox, con tiras, aflojas y suspense. El mismo 10 de marzo, día de la constitución de las Cortes, no se sabía quien las presidiría. Momentos antes del inicio de la sesión, el PP cedió y el leonés Carlos Pollán (Vox) fue elegido presidente de la institución.
En abril, el PP celebró congreso en Sevilla para elegir a Alberto Núñez Feijóo como presidente en sustitución de Pablo Casado, relevado tras una crisis y un enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso. El cambio de Casado y la llegada de Feijóo fue apoyado por los barones, entre ellos por Fernández Mañueco.
La representación del PPCyL llegó a Sevilla sin cerrar la negociación para la investidura de Alfonso Fernández Mañueco y con el rechazo de Feijóo a aliarse con el partido de Abascal. Pasado el cónclave popular, PP y Vox firmaron un pacto de once ejes y 32 medidas, entre las que se incluyó una ley de violencia intrafamiliar y una norma de concordia, no de memoria histórica.
Así, el 11 de abril, previo a las vacaciones de Semana Santa, Fernández Mañueco fue investido para un segundo mandato, con cambio de socio y de vicepresidente. Francisco Igea (Cs) dejó el puesto, ocupado por el joven burgalés Juan García-Gallardo (Vox), un ‘número dos’ sin cartera. El Ejecutivo mantuvo las diez consejerías, siete para el PP y tres para Vox.
Fernández Mañueco solo introdujo un cambio en el Ejecutivo. Ángel Ibáñez salió de la Consejería de la Presidencia para pasar a la dirección del Grupo Popular en las Cortes. Jesús Julio Carnero le relevó y dejó Agricultura, una de las áreas asignadas a Vox, con Gerardo Dueñas. Además, desdobló Fomento y Medio Ambiente, en Movilidad y Transformación Digital, a la que se incorporó María González Corral, y Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio para el anterior titular del área, Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Se mantienen Carlos Fernández Carriedo (Economía y Hacienda), Alejandro Vázquez (Sanidad), Rocío Lucas (Educación) e Isabel Blanco (Familia e Igualdad de Oportunidades). Por Vox, están Mariano Veganzones (Industria, Comercio y Empleo) y Gonzalo Santonja (Cultura, Turismo y Deporte), además de Gerardo Dueñas.
Llamada a las urnas
El año termina con la mirada en las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. El PSOE fue el primero en elegir a sus candidatos, entre los que repiten sus alcaldes en Burgos (Daniel de la Rosa), León (José Antonio Díez), Segovia (Clara Martín), Soria (Carlos Martínez), Valladolid (Óscar Puente). Solo hubo primaria en Salamanca, ganadas por José Luis Mateos, anterior candidato, a Soledad Murillo. Por su parte, el PP deshoja aun la margarita en esta recta final.
Si 2021 terminó con el anuncio electoral de Fernández Mañueco, este 2022 también se despide con la petición de convocatoria de elecciones generales por parte de Alberto Núñez Feijóo, apoyada por Alfonso Fernández Mañueco. “Hay que dar la voz a todos los españoles”, afirmó, lo mismo dijo cuando adelantó las autonómicas: “Hay que dar la voz a los castellanos y leoneses”.
A la espera de los candidatos populares, la cita es en mayo de 2023. Veremos entonces si el PP recupera las plazas perdidas en las últimas elecciones, donde solo consiguió gobernar la alcaldía de Salamanca, de las nueve capitales; o bien si el PSOE de Castilla y León se salva del efecto de medidas arriesgadas y cuestionadas tomadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
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