Cada año 1,3 millones de toneladas de alimentos perfectamente comestibles, sanos y nutritivos, acaban en los cubos de basura, lo que supone un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano. Ningún rincón del planeta se escapa a esta dolorosa realidad, tampoco León, donde cada día cientos y cientos de tomates, patatas, lechugas, plátanos o manzanas son tirados a los contenedores porque, según los estándares de los productores, no son aptos para la venta, pese a que se pueden comer sin ningún tipo de problema. Pequeñas irregularidades estéticas, golpes o manchas en frutas y verduras son algunos de los 'defectos' que hacen que muchos productos salgan de la cadena alimentaria y no lleguen nunca a los consumidores.

Más de un tercio de las pérdidas ocurren a nivel de los consumidores, pero lo cierto es que en todas las etapas de la cadena de suministro de alimentos hay una cierta cantidad de comida en perfecto estado que se desperdicia. Las consecuencias son múltiples y muy variadas, el impacto en la sostenibilidad y en el medio ambiente por la utilización no sostenible de los recursos naturales, la reducción de la disponibilidad de comida, así como las pérdidas en los ingresos de los productores y el aumento de los precios finales a los que los consumidores finalmente adquieren los alimentos.

Para llamar la atención sobre este importante problema y para demostrar que lo que algunos consideran 'residuos' son totalmente aptos para usar y comer ha nacido el movimiento Disco Sopa, una 'food revolution' que pretende demostrar al conjunto de la sociedad que verduras torcidas, golpeadas o manchadas son igual de válidas y nutritivas que el resto. Jaione Salamanca, una estudiante de Veterinaria de la Universidad de León, junto a otros compañeros que también cursan sus estudios en la capital leonesa, en Ambientales e Ingeniería, han querido trasladar esta original e innovadora propuesta a la ciudad de León.

Así, han programado un acto gastronómico y musical de protesta, bajo el título de Disco Sopa, abierto a toda la ciudadanía, el próximo 18 de junio en la Candamia, para dar visibilidad la problemática del desperdicio alimentario y llamar la atención a la sociedad sobre esta cuestión. "No es una cuestión que no tengas dinero para comer o seas pobre, sino que es una pena alimentos que están en perfectas condiciones y se puedan comer se tiren".

Por eso, quieren implicar a todo el mundo en esta reivindicación festiva. Para asistir sólo es necesario llevar frutas y verduras desechadas recogidas de un mercado, supermercado o agricultor (en este caso Jaione y sus compañeros obtendrán los alimentos del mercado de la plaza Mayor) y todo tipo de utensilios de cocina para convertir esos 'desperdicios' en todo un manjar para, por supuesto, comérselos después.

Un evento que se ha realizado ya con mucho éxito en distintos lugares del mundo y que busca conseguir la atención de la sociedad y cambiar su forma de ver las cosas. La idea de poner en marcha este acto gastronómico en la ciudad de León surgió, explica Jaione, de unas jornadas realizadas en la Universidad de León.

"Asistimos en enero a unas jornadas en la Facultad de Veterina, 'Come y actúa'. Nos juntamos personas concienciadas con el despilfarro alimentos y se nos ocurrió idea de ir al mercado de la Plaza Mayor". Así, este grupo de estudiantes comenzó a acudir cada miércoles y sábado, cuando van a cerrar, para ir, puesto por puesto, recogiendo la comida que ellos van a tirar y evitar que termine en la basura. Allí, se sorprendieron con la respuesta de los comerciantes. "Muchos nos decían que ya era hora, que a ellos le da mucha pena tirar tantas cosas y que nadie lo aprovechara".

Una vez recogida toda la comida, sobre todo fruta y verdura, lo que hacen es amontonarla frente al Antiguo Consistorio y la dejan allí para que cualquiera que quiera cogerla, tanto gente necesitada como la que no lo es, pueda disponer de ella con total libertad. "Nos dimos cuenta que va gente bastante mayor, que rebuscaba en los contenedores, hay gente que le da vergüenza, por eso decidimos facilitarles el acceso y así, quienes quieran o la necesiten puedan cogerla", afirma esta estudiante universitaria.

Además, con otra parte de esta comida que ellos mismos recogen organizan una jornada gastronómica para aprovechar los 'desperdicios'. Si lo habitual es decidir qué vas a comer e ir a comprar todos los ingredientes que necesitas, ellos hacen el proceso a la inversa. Ven todo lo que han conseguido ese día y buscan recetas y platos originales para utilizarlas. "Es una forma de darle al coco, muchas veces tienes muchas acelgas, se van a poner malas, y buscas formas diferentes de cocinarlas. Una vez teníamos muchos tomates y decidimos hacer salsa de tomate, tendremos para todo el curso", dice Jaione.

Ante el éxito de sus jornadas gastronómicas a nivel individual, decidieron extender esta idea y, de esta forma trasladar un mensaje al conjunto de la sociedad sobre la validez de muchos alimentos que acaban en los contenedores. "Si ven los platos que pueden salir de lo que normalmente se va a la basura quizás cambien de opinión y vean las cosas de forma diferente", afirma. Por eso comparten sus recetas en sus redes sociales, tanto en el grupo de Facebook Disco Sopa León, como en la aplicación de recetas 'Yo no desperdicio'.

Una forma original y divertida de evitar que mucha comida acabe en la basura y pueda tener así una 'segunda vida'. "Se pueden hacer cosas muy ricas, nosotros también compartimos algunas de nuestras recetas en redes sociales, para quitar el miedo, visibilizar y normalizar esto que en algunas ciudades de Europa es normal", insiste. Aseguran que en España "aún nos falta mucho por aprender" y "nos da mucha vergüenza" coger comida que se va a desperdiciar. Para poner su granito y comenzar a eliminar tabúes, el próximo 18 de junio se celebrará Disco Sopa en la Candamia. Estás invitado.

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