El obispo emérito de Ciudad Rodrigo en la reunión con los 50 curas: "No hay peligro de que desaparezca la Diócesis"

Los sacerdotes esperaban que Raúl Berzosa les desvelara los motivos de su renuncia, algo que no ha hecho, según les ha explicado, para evitar cualquier "morbo"

 Raul Berzosa y el Papa
Raul Berzosa y el Papa

Cerca 50 curas, la mayoría de los que forman parte de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, participaron en la reunión de este fin de semana con el obispo emérito Raúl Berzosa, un acto que incluyó una comida y que se desarrolló antes de la misa de despedida en la Catedral de la localidad. 

"Las palabras que escuchamos del obispo emérito fueron las mismas de la homilía con los fieles en la Catedral, pero no nos ha dado ninguna explicación sobre el motivo de su renuncia", explican los curas, que acudieron a la cita, "es la sensación generalizada", también con la esperanza de que el encuentro íntimo y en un ambiente de confianza a puerta cerrada "con sus máximos colaboradores" propiciara que Raúl Berzosa se abriera un poco más. 

Así, las palabras del exobispo mirobrigense se centraron en "generalidades", aunque reconocen que les ha dejado una "reflexión espiritual muy profunda y muy bonita", al confesarles que les ha tenido a todos presentes en la oración, y animándoles a continuar, como pide el Papa Francisco, "con un corazón nuevo". 

"Poco después de comenzar el acto nos dejó muy claro que no quería comentarios ni morbo, no cotilleos, y que no quería hablar de sí mismo". 

Además, les adelantó que continuará el retiro hasta que le nombren otro cargo, ya que sigue a disposición del Papa. 

Sobre el futuro de la Diócesis de Ciudad Rodrigo y la repercusión que podría tener la renuncia, Raúl Berzosa les ha tranquilizado subrayando que, "de momento, no ve peligro que desaparezca". 

"Podemos tirar unos años, ya que, de momento, la Diócesis se salva", señalan los curas, que confían en que 'Roma' separará las dos situaciones. No obstante, sí que existe una preocupación aunque a largo plazo, como consecuencia de la falta de vocaciones que vinculan con el fenómeno "generalizado" de pérdida de población. 

"En los últimos cinco años se han ordenado apenas dos seminaristas en la Diócesis, aunque en febrero se realizará una nueva ordenación", un problema que están intentando solucionar con curas de fuera y que también se extiende a la falta de monjas, como se ha podido constatar con el cierre del convento de Las Claras. 

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