David Demaría ha presentado este jueves en Salamanca su nuevo disco, 'Otras vidas'. Fue en Music Factory, en un concierto acústico dentro de la gira del Club 100. El nuevo disco está compuesto por trece temas, entre ellos el single ‘Cuando el río suena’. ¿David Demaría no es supersticioso? “En este disco no lo he sido. Antes, en algún momento, puede que si. Pero estoy en un año de resurrección y eso no hay número que lo pare”, afirma. El gaditano cerró una época, marcó su propio punto y aparte en 2011 con su anterior disco, ‘Postdata’, donde grabó en su propia voz algunos de los éxitos que ha compuesto para gente como Malú o David Bisbal, entre otros. Tenía ganas de hacer algo, cambiar, enfrentarse a su inspiración desde otro sitio por muchos y variados motivos.
 
‘Otras vidas’ es el décimo disco de David Demaría, y nace tras encerrarse en su casa en Cádiz más de seis meses, trabajando en darle forma a estas canciones, formando lo que él mismo denomina su propia atlántida. Quería tiempo, sin distraerse con nada, sin contar con muchos factores externos. “Sin duda, tengo claro que es el disco más centrado de mi carrera, y es la primera vez que puedo decir rotundamente que jamás he estado más orgulloso del trabajo realizado”, comenta. De la misma forma, decidió grabarlo íntegramente en el barrio madrileño de La Latina, casi su segunda casa después de la plazuela de Jerez.

Mano a mano con Javivu Carretero, que aunque ha participado en otros trabajos con Demaría nunca había adquirido el protagonismo tan activo de esta producción, David ha plantado con este nuevo disco un árbol de talle fuerte, robusto y rotundo, pero de muchas y variadas ramas, todo ello cimentado sobre algunas de las cenizas de ese pasado reciente que tanto le ha marcado. Porque aunque fiel a su esencia y su poesía, en ‘Otras vidas’ aparecen 13 temas que nacen tras una etapa reciente de decepciones y situaciones complicadas que lograron contaminar a su entorno, y a continuación (y lo que es peor), a él mismo.

Más de un millón de discos vendidos, los premios que no dejan de llegar a su estantería y las giras de éxito hace que aparezcan “los intereses desinteresados y los desinteresados intereses”, como dice. Pero siempre queda una nueva canción y un nuevo concierto como la mejor de las terapias, algo que además David sabe construir con la mirada siempre al frente, con optimismo y luminosidad. El contenido de cada canción puede ser el que sea, pero el paquete que lo envuelve lleva siempre un lazo azul y viene con colores vivos. 

 
Porque este disco está lleno de cajas de colores y lazos bien anudados. “He conseguido crecer hacia un sitio mejor para mí, y eso se nota en la sonoridad de este disco. Como una macedonia sónica”, admite. Tal y como canta en ‘Un recuerdo dorado’, el tema vivo y orgánico que abre el disco, renacer, sin ese amanecer… mi barco de papel navega en otras aguas… “De lo peor nace lo mejor, el dolor de mirar atrás es una terapia. Aunque he intentado hacer el bien a mi alrededor, siempre decepcionas a alguien. Pero he aprendido también a pedir perdón”.
 
Con una presencia cada vez mayor en la producción, ‘Otras vidas’ bebe de todo lo que ha ido enriqueciéndose en este terreno durante sus últimos discos en sonidos y melodías. “Me implico hasta el último acorde, pero tengo alma de grupo, con mi segunda opinión siempre cerca, que me aporten y me den una segunda opinión”. Ha tomado un pleno poder de decisión, algo que se ha ganado a pulso conseguir, y ha obviado lo que se le dicen que le gusta a uno u otro, al de aquí o al de allí, lo que se supone que funciona y lo que no, para hacer lo que sentía que tenía que hacer, sin más. Depender única y exclusivamente de si mismo.

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