Qué tiempos, ¿eh? Nada es lo que parece ni parece lo que es. Votaciones, referéndum, acampadas, para qué? Yo sigo yendo en metro y los ricos con chófer. Y qué hacer. Vivimos en un mundo de engaños y, no se engañen, engañar, engañamos todos. Así es. Lo único que parece cierto es que somos más de pega que los ?todo a cien? y que, al final, tomárselo todo en serio es una absurdez. Y da acidez. Así que al menos, ríete. Nadie sabe nada, y menos que nadie nosotros tres, pero por hablar que no sea, así que hablaremos, aunque sea por los pies.

?Demasiado al este es el oeste? es un juego de niños, ingenuo tal vez, con un poco de coherencia y de mala leche también, de tres tipos incoherentes que caminan boca abajo en un mundo del revés. Tres tipos que, sin haber sido invitados a la fiesta, juegan a tener poder.

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