El crecimiento del Capuchinos es indudable. Con solo conjuntos en el fútbol 11 salmantino, está consiguiendo luchar con los grandes en juveniles, pelear por el ascenso a Primera en cadete y formar un conjunto en continuo crecimiento en infantiles. Y es que el hecho de que no haya equipo en alevines provoca que los infantiles tengan siempre un nuevo equipo cada año.

Con este hándicap cuentan y a partir de esta situación crecen. De hecho, aunque pueda parecer que los números del conjunto infantil del Capuchinos no son buenos, hay que saber leer entre líneas. Al final, no son de los conjuntos más goleados pese a solo contar con doce puntos y es la falta de puntería la que le está condenando de momento.

Sin embargo los entrenadores del conjunto lo tienen claro. Ahora toca dar un paso adelante con un conjunto en el que hay jugadores de primer y segundo año y en el que estos segundos provienen, en buena parte, del fútbol sala. Aunque la adaptación de todos a un nuevo estilo, nuevas reglas y dimensiones fue relativamente rápida, las dudas provocaron que los primeros encuentros no fueran todo lo bien que debieron. Aun así se consiguieron sacar unos puntos que se fueron perdiendo a lo largo de la temporada debido a que el sprint final fue contra los equipos cabeceros. 

Poco a poco, eso sí, se compite mejor independientemente del rival. Al final, el desarrollo individual de los jugadores se va notando y los resultados acabarán llegando. Lo que no están pudiendo hacer es enseñarles el fútbol difícil, el de sacar la pelota desde atrás ya que, aunque con calidad, todavía no dominan los espacios y los tiempos, como es lógico, y si se quiere competir mínimamente hay que aprovechar los puntos fuertes del equipo.

Y los anteriores están en la velocidad de los de arriba. Por ello, la idea clara es intentar llevar el balón a banda con cambios de orientación rápidos para poder encarar por allí y buscar la portería rival. Además, se están haciendo cambios continuos para encontrar la posición idónea para cada uno ya que, al contrario que en otros conjuntos, este Capuchinos afronta su primer año federado. 

Por eso también uno de los objetivos que se está cumpliendo es el hacer un equipo partiendo de un grupo. No se conocían entre sí a principio de temporada y conseguir lo contrario también es un logro. Más aún cuando solo cuentan con dos horas de entrenamiento a la semana, separados en dos días. Una hora por jornada que apenas deja tiempo a nada. 60 minutos que provocan que no se pueda desarrollar toda la idea pensada.

Sin embargo y aun así, los pequeños futbolistas siguen aprendiendo y divirtiéndose día a día que, a fin de cuentas, es para lo que está el fútbol base. Formar y entretener es la meta, hacerlo a través de la competición, el objetivo. Y ambos se van encontrando poco a poco en Capuchinos. 

La plantilla está formada por David (portero); Carlos, Andrés, Alfonso, Luis, Tito, Javier Ayuso y Aichu (defensas); Mario, Alejandro Sánchez, Luis Perdigón, Sierra, Alejandro, Miguel, Tomás y Adrián (centrocampistas); Dani (delantero); Pablo, Diego y Cristian (entrenadores). 

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