Clara Hernández puede estar satisfecha de su temporada. La ya no tan junior recordará la temporada 2014/2015 como la de su salto a la profesionalidad. Fue este año cuando debutó en la Liga Femenina en un encuentro ante Al Qázeres sin su nombre a la espalda pero en el que, incluso, llegó a puntuar. 2015 también será para siempre ya el año en el que consiguió su primer título, la Copa de la Reina en la que, sin embargo, no pudo disfrutar de minutos.

La base, que este año finaliza su etapa junior, tiene claro qué hay detrás de todo eso: Trabajo. Y esto lo ha demostrado hasta los últimos días en los que ha seguido entrenándose codo con codo con su compañera Elena Pedrosa y el entrenador Alberto Miranda, al que le agradece todo lo hecho por ella. ?Me ha hecho vivir un sueño. No te imaginas poder llegar a jugar un partido oficial. Con poder estar en el banquillo ya era mucho?.

Agradecida, en efecto, pero no conforme. Por ello ha realizado esta postemporada que ya ha finalizado y en la que ha podido mejorar aspectos técnicos que utiliza como base y profundizar en otros ya adquiridos. Todo este trabajo, eso sí, ya no podrá verse en Würzburg. Al menos, de momento.

Su futuro está fuera de Salamanca, aunque no lejos de ella. El puesto de base requiere años de experiencia y ella estudia dónde poder adquirirla. Con varias ofertas sobre la mesa de equipos de Liga Femenina 2, se decidirá por aquel que mejor le permita compatibilizar los estudios con su sueño. Allí, sea donde sea, se seguirá haciendo como jugadora para, quién sabe, volver un día a pisar Würzburg con la camiseta azulona y, esta vez sí, con su nombre a la espalda. 

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