El Cristo Rey es un equipo ya con solera en esto del fútbol base. Cuentan con equipos en todas las categorías. También en benjamines, donde el Cristo Rey está representado con dos equipos en Primera y en Segunda Provincial. El B, formado por doce chicos de primer año, intenta evitar el descenso después de haber conseguido cuatro puntos en los primeros seis partidos.

Sin embargo, tal y como cuenta Álvaro, el entrenador, la ilusión de este equipo es pasárselo bien y que aprendan. Y el cometido no es tarea sencilla con algunos jugadores que, incluso, comienzan a jugar al fútbol 7 este año. A estas edades, eso sí, la capacidad de aprendizaje siempre es mayor y más cuando se hace lo que a uno le gusta. Por ello el equipo progresa adecuadamente.

Además, la pretemporada del conjunto no fue fácil. Los pocos jugadores con los que se contaba en el primer equipo provocó que tuvieran que empezar todos juntos no pudiendo trabajar específicamente con los entrenadores que iban a tener con lo que eso conlleva. Al final, cada maestrillo tiene su librillo y la táctica y el modo de juego cambian. A esto hay que añadir que de los doce, muchas veces algunos deben ir a jugar con el benjamín A debido a la poca gente con la que cuentan. Esto, que podría ser un problema para algún entrenador, no lo es para Álvaro que lo ve como un modo de aprendizaje avanzado ya que se acostumbrarán a jugar contra niños más grandes en una edad donde se nota mucho el físico.

Por ello, el grupo se sigue montando hasta el punto de probar posiciones en principio inverosímiles para los propios jugadores. Mario, incluso, que llegó de portero ahora es un gran defensa que hasta hace goles como el pasado sábado en la primera victoria del conjunto esta temporada.

De los doce, además, diez son nuevos. Solo Carlos y Hugo Flores se mantienen del bloque del año pasado. El resto provienen de otros clubes o del fútbol sala por lo que el equipo aún está por hacerse. Todo cambio tiene su trabajo y todo trabajo, su recompensa. Por eso, desde el benjamín B del Cristo Rey siguen esforzándose en el aprendizaje con balón. Y es que el conjunto intenta siempre sacar el balón desde atrás pese a la costumbre de sacar el balón en largo.

Y el trabajo ya está dando su recompensa. El juego, cada vez mejor, lo nota. Sin embargo, al equipo le cuesta sobreponerse al físico del resto de conjuntos. La Segunda División es dura donde hay que enfrentarse a grupos que buscan el ascenso. Esto, sin embargo, no le quita la ilusión a unos chicos que siguen mejorando los martes y viernes, fecha en la que entrenan. En el último día, para no perder la perspectiva de ese aprendizaje y de lo que de verdad importa, se charla en el vestuario sobre la semana en el colegio. Solo si la respuesta es bien, el fútbol seguirá siendo un hobby.

Otro de los valores que se inculcan desde el conjunto es el compañerismo, en el que los padres también dan ejemplo. De hecho, cada semana, el padre o madre de un niño lleva un detalle para el resto del grupo, incluidos los entrenadores. Una chocolatina, un bollo o un churro. Lo importante es el detalle. Y el detalle no es otro que enseñar que el grupo siempre será más fuerte que un solo jugador.  

La plantilla está formada por Cristian, Carlos, Hugo Flores, Ángel, Mario, Marco, Alejandro, Álex, Eric, Hugo Bernal, Óscar y Adrián. Álvaro y Jenny son los entrenadores.

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