En, posiblemente, la mejor Segunda Juvenil de los últimos años, el Cristo Rey apura sus opciones de ascenso. Dos plazas hay y esta plantilla formada por 18 jugadores están en tercera posición, lejos, eso sí, de los dos primeros. El conjunto verde, que este año está de aniversario, se encuentra a seis puntos del segundo puesto con todavía 24 por jugar. Por eso, el mensaje sigue siendo muy optimista y trabajarán para conseguirlo.

Ese era el objetivo a principio de temporada y ese seguirá siendo hasta que los números digan lo contrario, si es que lo hacen. Esta ilusión no es otra que la plantilla, casi toda compuesta por juveniles de segundo año, puedan disfrutar de una temporada en Primera tras varios éxitos en categorías más inferiores.

De hecho, este conjunto, incluido el cuerpo técnico, afronta su sexta temporada juntos. Dos años de infantil, dos de cadete y estos dos de juveniles son el único secreto de un equipo que lucha cada minuto y que trabaja en cada entrenamiento. Más que un equipo, son una gran familia con varios años de experiencia que acaban demostrando en el campo. La solidaridad y compañerismo que desprenden incluso quedando fuera del horario futbolístico lo reflejan luego sobre el terreno.

Y con eso, además de con un fútbol de toque siempre que se pueda, la temporada está siendo buena, aunque mejorable en el aspecto de ese objetivo que confían todavía en conseguir. En el caso de que finalmente no se consiguiera, aunque no se lo plantean, siempre es cierto que acabar la época juvenil con un ascenso también es bonito y, además, todavía un año más experimentados daría puntos extra para poder hacerlo.

Podrían encontrarse también con una competición más regular que la de este año, que lastra a los equipos participantes con dos conjuntos retirados como Monterrubio y Capuchinos B que obliga a descansar a los equipos más de los que les gustaría cortándoles el ritmo de competición. Esto, obviamente, no lo ponen como ningún tipo de excusa ya que les ocurre a todos.

El orgullo del equipo, eso sí, más allá de los buenos resultados que han ido cosechando y de los aciertos y fallos deportivos, el verdadero orgullo del conjunto es que el nivel humano del grupo es insuperable. Por eso, las victorias y las derrotas afectan en su justa medida porque saben que su mayor valor son ellos mismos.

Con eso seguirán luchando hasta final de temporada a pesar de las complicaciones de la Liga y de unos rivales muy armados. Fieles a su estilo y trabajando más, saben que solo deben fijarse en ellos mismos, tratar de sacar los 24 puntos que les faltan y esperar a que los rivales puedan caer porque en el fútbol no hay nada escrito.  

La plantilla está formada por Íñigo y Álex (porteros); Miguel, Armenteros, Bullón, Carlos y Pablo (defensas); Sergio, Javi, Rubén y Miguel (centrocampistas); Falcao, Sánchez, José Miguel, Palomero, Gon, Álex y Mario (delanteros); Alberto y Alberto (entrenadores).

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