La Universidad de Salamanca estimaba en cerca de 70.000 euros el coste que tiene jugar en Liga Femenina 2, un presupuesto que según las jugadoras “no se ajusta a la realidad”. No en vano hay casos como el del Universidad de Valladolid con un presupuesto que varía “entre los 40.000 y los 50.000 euros”, incluyendo el aval de 13.600 euros que se devolvería a final de temporada. Así lo asegura el entrenador de las vallisoletanas, José Carlos Rojo, que considera que el aumento con respecto a la Primera Nacional se sitúa únicamente “en torno a los 15.000 euros”, contando de nuevo el fondo de garantía de la Federación Española de Baloncesto.
Un dinero que se podía haber sufragado a base de patrocinadores, los cuales fuentes del equipo aseguran que “sabemos que había, aunque ellos dicen que no”, o incluso verse reducido por la subvención de 6.000 euros que normalmente otorga la Junta de Castilla y León a los equipos que juegan en Liga Femenina 2.
Según miembros del equipo, para que el presupuesto se cifrara en torno a los 70.000 euros debería haber jugadoras que cobraran, algo que como afirmaba Nieves Merchán “no hemos pedido en ningún momento”. Por ello la pívot se mostraba “muy decepcionada”, y calificaba la situación como “muy injusta” después de que la Universidad de Salamanca “nos ha tenido completamente al margen, y solo nos mandaron un correo agradeciéndonos la temporada y diciendo que el ascenso no era lo mejor para la institución”.
En ese mismo sentido hablaba Eva Oliva, que aseguraba estar “sorprendida” por el coste que estimaba la Universidad de Salamanca ya que “a nosotras se nos habló del presupuesto y nunca se dieron esas cifras”. La base del equipo se mostraba “muy disgustada”, y cree que “no se ha hablado claro, parece que nos están engañando vendiéndolo de otro modo”.
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