Gorka Etxeberría ya inició desde antes del derbi contra el Guijuelo las conversaciones con sus propios futbolistas para exponerles la situación que se presenta y especialmente con los elegidos para dejar el equipo. Especial era la situación de Pablo Gómez, puesto que su gran salario, heredado de la pasada campaña, es un lastre con el que lleva cargando el club durante todo el curso.
A partir de ahora, el club, "en respuesta a su gran comportamiento y profesionalidad, ofrecerá a los dos jugadores la posibilidad de elegir entre continuar perteneciendo a la disciplina del primer equipo, rescindir sus contratos o trabajar conjuntamente en la búsqueda de una salida en forma de cesión", según explica en un comunicado.
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