No fue buena la reacción cuando se conoció la apuesta por prescindir de Igor de Souza por parte del míster, menos viendo el transcurrir del partido. Que Juan José Hidalgo decidiera abandonar el palco antes de terminar y que fuera la constante en muchos aficionados volteaba la confianza total y plena que ya existía en todo el proyecto, en jugársela con él hasta el final.
El nombre de Gorka Etxeberría estaba en boca de todos tras el partido. Al míster no le quedó otra que asumir lo que había pasado en sala de prensa y no poner oposición a ninguna pregunta que los periodistas le realizaban, algo poco habitual en el vasco. Los Hidalgo n ose podían creer lo que había pasado y subrayaban que con los 100.000 euros que han convertido en fichajes pagaban casi el 60% de toda la plantilla de su rival.
Aunque Juan José Hidalgo y su hermano Antonio no querían hablar de cambios, la imagen y lo visto en Matapiñonera era difícil de digerir. En caliente se lo tomaban hasta con humor, luego en frío se pasaba a pensar en que igual había que agotar la última bala que hay en la recámara.
El día, duro, volvió a poner como objetivo de todos los focos a Gorka Etxeberría, que contó con la desaprobación de la grada, otra vez delante de Juan José Hidalgo, que terminó por pasarle la pelota caliente a su hermano, otro ganador nato. Los dos partidos en casa y la posterior visita al colista pueden devolver todo a la tranquilidad y terminar con un pulgar hacia abajo. Es el tramo de encuentros, salvo hecatombe, que el club se plantea para agotar o no la última posibilidad de reacción que le queda.
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