De ilusiones se vive en el fútbol y todos los jugadores siempre intentan emular al que es su ídolo. El caso de Fernando Torres, jugador del benjamín B del Hergar, no es diferente aunque en su caso la curiosidad esté precisamente en el nombre, cuya historia comienza con el gol en la final de la Eurocopa del 2008, aunque esa sea otra historia. Su equipo preferido es el Atlético de Madrid y, en su posición de delantero, su ídolo no podía ser otro que su tocayo, y padrino de su nombre, Fernando Torres.
Por eso este fin de semana era especial para él después del susto que en la pasada semana tuvo Fernando Torres, el grande, con un choque con Álex Bergantiños. Acto seguido a que el delantero rojiblanco saliera del hospital, al pequeño se le ocurrió que tenía que agradecerle de alguna manera la ilusión que despierta en él.
Dicho y hecho. En una camiseta blanca vio el futuro a su idea. Allí iba a plasmar sus ánimos al 'Niño' para que volviera cuanto antes a los terrenos de juego para que pueda seguir emulándole. Ya solo faltaba anotar el gol con el que pudiera mostrar su camiseta. Y lo hizo, aunque tuvo que esperar hasta la segunda parte ya que en la primera, el que anotó se lo anularon.
Luego, en la segunda, siguió buscándolo hasta conseguirlo y se fue directo a la zona en la que esperaban los padres, justo al lado contrario, pero la ocasión bien merecía un sprint. Su sonrisa lo decía todo. Eso sí, por si acaso no había quedado claro, todavía tuvo tiempo para anotar el segundo de penalti y dedicárselo, de nuevo, a su ídolo. El jugador del Atlético de Madrid puede estar tranquilo que, en lo que vuelve, un benjamín no tan lejos de la capital seguirá haciendo goles con su nombre que, además, tendrán también algo de recuerdo para él.
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