Cuando todo marchaba por los mejores cauces, una desafortunada acción en la que Héctor Ladero barría por detrás a Almami Moreira terminaba con los gritos y gestos de dolor del guineano, un futbolista que apenas suele quejarse. Rápidamente se encendió la luz de alarma, más viendo que el atacante no podía apoyar.
Los servicios médicos de la entidad trasladaron tras la primera exploración al jugador a la clínica, donde se determinará finalmente el alcance de una lesión que en principio no pinta demasiado bien. Al abandonar el estadio, Moreira se tenía que apoyar en Mario Villoria para llegar al coche que le iba a transportar, síntomas que junto a sus palabras, “me duelo mucho”, decía, hacen que se tema por una lesión de larga duración.
Parte médico oficial
La radiografía a la que ha sido sometido esta mañana Almami Moreira ha descartado que el jugador sufra afectación ósea en el maléolo tibial. El futbolista guineano presenta un esguince de ligamento de grado I y tendón de Aquiles doloroso como consecuencia del traumatismo. La recuperación del jugador estará determinada por la evolución de su dolencia y por lo tanto es duda para el partido contra el Zamora CF.
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