El Guijuelo acabó el año con los deberes hechos. Los chacineros ganaron por la mínima al filial del Celta en un duelo en el que perdonaron la sentencia. Un tanto de los visitantes en propia puerta, a los seis minutos, fue suficiente para lograr los tres puntos.

Fabregat apostó por tener el control del centro del campo con Borja, Carlos Rubén y Luque. Además, liberó a Pino y el Guijuelo lo notó.

A los seis minutos, se adelantaron los locales en un córner cerrado de Luque que mandó un defensa vigués al fondo de la red. El gol premió el buen inicio chacinero.

Al cuarto de hora, Dimas caracoleó dentro del área, se sacó a dos rivales con sus recortes pero su chut, con el exterior, lo despejó un defensa visitante con la cabeza.

No cejó el Guijuelo en su empeño por elaborar, tocar y moverse en la zona ancha del campo. Los celtiñas no se encontraron cómodos en la primera parte y su ocasión más clara fue un tiro de Pampín que cortó en el área pequeña Manzano.

En el tramo final de la primera mitad, el árbitro amonestó a tres jugadores visitantes y expulsó al fisioterapeuta por diferentes protestas.

El Guijuelo no logró matar el partido en la segunda mitad. Pino, en los primeros minutos tuvo el segundo tanto, pero se ?hizo un lío? cuando tenía la pelota en boca de gol.

El delantero chacinero se retiró a media hora para el final, al igual que Ayala, por lesión. En los veinte minutos finales el duelo se abrió. Kike Royo apareció para despejar de puños una falta directa de Dani Molina.


Los chacineros perdonaron el segundo tanto, el de la tranquilidad, en tres ocasiones más. Abel, Fuster y Diego Suárez no acertaron con la meta rival. Pero, para alivio de la afición chacinera, la victoria se quedó en casa.



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