El infantil A del Jai Alai está de enhorabuena. En una temporada casi impoluta, han conseguido ganar la Liga del grupo A de la Segunda División y ser parte de los equipos que formarán la Primera el año que viene.

Lo anterior se ha conseguido a pesar de no quererlo. Es decir, no era este el objetivo aunque finalmente sí se convirtiera en meta del equipo. De hecho, se cambió el chip de que jugaran todos los mismos minutos para pasar a competir la Liga. Esto, claro está, porque todos estaban de acuerdo en luchar por el objetivo.

Al principio, en cambio, se buscaba que los chicos aprendieran lo que es el fútbol y que aprendieran de sus errores. Esto es, competir en los partidos difíciles, saber lo que hay que corregir para siguientes en caso de derrota y vencer en los enfrentamientos parejos con entrenamientos específicos. A ganar, es obvio, le gusta a cualquiera pero lo verdaderamente complicado es que las victorias sirvan para algo, para aprender movimientos y colocación sobre el campo.

Fuera del terreno deportivo también hay ciertos valores que se intentan inculcar en los jugadores. El compañerismo entre ellos es el principal para el Jai Alai. Saben que es un deporte de equipo y que todos cuentan. No porque alguien esté un punto por debajo físicamente significa que sea inferior. Al revés. El equipo siempre está por encima de cualquier individualidad. Tanto es así que contra equipos inferiores se intenta jugar bien y hacer las cosas adecuadas para ganar el partido, aunque este cueste más así que con un juego más directo repleto de individualidades.

Sobre los minutos que tienen cada uno, todo depende de la posición que ocupen. Si hay centrales, por ejemplo, parece lógico que estos puedan rotar poco comparados con los extremos. Todos ellos, como grupo, prestan mucha atención a la colocación, por encima incluso del balón ya que saber tocarla no es importante si no tienes a quién. A partir de medio campo, eso sí, el equipo ya tira de imaginación para llegar a las inmediaciones del área rival a través de los extremos como enlaces.

Esto lo han hecho en la última parte de la temporada en el Rosa Colorado, lugar en el que entrenan. Al principio, sin embargo, tuvieron que irse a Lazarillo o Los Cuernos para disputar sus partidos, algo que trastoca los planes de entrenamiento. Además, el equipo se queja del Lazarillo, lugar en el que incluso han encontrado jeringuillas en otros años.

Nada de eso importa para un conjunto que ha conseguido ser un gran grupo. Ese es el secreto del ascenso de estos chicos de segundo año que el año que viene pasarán a cadete. El objetivo para este nuevo tiempo seguirá siendo el mismo. Aprender, aprender y seguir aprendiendo.

La plantilla está formada por Sergio y Pablo (porteros); Fran, Alberto, Morales, Adri y Edu (defensas); Dani, Pablo Quintana y Marc (centrocampistas); Javi García, Javi Prieto, Diego, Robert, Rebate (centrocampistas); Juan, Gabri, Javier y Julián (delanteros); Paco, Ángel Luis y Chema (entrenadores).

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