Con ese gol, los charros se marcharon cabizbajos al estuario, pero volvieron a salir en la buena línea y pudieron igualar en varias ocasiones la contienda, en dos acciones mal definidas por los atacantes salmantinos. El Victoria, que tampoco estaba haciendo demasiado, aprovechaba el balón parado para anotar el segundo, lo que ya acabó con las esperanzas del Monterrey. A un cuarto de hora del final, los vallisoletanos lograban el definitivo 3-0.
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