Desde que Jabi Luaces se convertía en entrenador de Unionistas, el equipo salmantino suma 21 puntos de 36 posibles en Liga, ha salido del último puesto para situarse duodécimo y ha disputado tres eliminatorias de la Copa del Rey.
El vizcaíno ha cambiado el rumbo del conjunto charro, pero no es el único técnico de su familia que está triunfando esta temporada. Su hermano José, nacido en 1971 y dos años mayor, se ha proclamado campeón de la Copa Sudamericana (segunda competición en importancia en América del Sur) con el Independiente del Valle, de Sangolquí (Ecuador).
Hasta este país, donde trabaja como secretario técnico, ha llegado en la presente campaña tras pasar como formador y técnico por el Busturia Kirol Taldea, el Bermeo Fútbol Taldea, el Errigoiti Kirol Taldea, la Sociedad Deportiva Gernika Club y el Athletic Club, así como de ojeador por el Córdoba Club de Fútbol, el Real Betis Balompié, el Elche Club de Fútbol y el Centre d’Esports Sabadell Fútbol Club.
“Me considero una persona sacrificada, leal, trabajadora, a la que le gusta el deporte y formarse, pero, sobre todo, pasar tiempo con la familia, la mujer y los hijos”. De esta forma se define en SALAMANCA24HORAS para el que desconozca quién es. “En Ecuador, el fútbol es físico, de romperse y no exento de habilidad que, a falta de conceptos, tiene tradición y ganas de mejorar y crecer a todos los niveles”, relata José, que se dedica al primer equipo y a la cantera, ya que el club posee diferentes escuelas repartidas por el país.
Desde el 9 de noviembre de 2019, su currículum incluye la Copa Sudamericana ganada por 3-1 al Club Atlético Colón en Asunción (Paraguay): “Nunca había vivido algo igual ni de tanta trascendencia. Fue una sensación increíble, de disfrutar cada momento antes, durante y después de la final. La repercusión en Sudamérica es mayor que en Europa para el equipo que gana la Liga Europa, su equivalente. En nuestro caso contribuyó que el rival fuera de Argentina, donde hay una manera especial de vivir el balompié. Todos los futboleros de Ecuador apoyaron al Independiente del Valle porque representaba a todo el país. Eso me hace seguir creyendo en el fútbol como un deporte que puede unir más que separar. La fiesta fue muy grande. La rúa por Quito y sus alrededores, así como los homenajes que recibió el club en los días posteriores, fueron muy bonitos. No todos los días se gana un torneo a nivel continental y menos con cinco jugadores formados en las categorías inferiores. Este hecho supone un refuerzo para la entidad, que apuesta claramente por la cantera”.
En su camino hacia el éxito con el Independiente del Valle, José colaboraba con su consanguíneo, al que también se enfrentaba en Tercera División cuando Jabi estaba al frente del Gernika y él del Bermeo.
“A pesar de la distancia conversamos casi a diario y, lógicamente, hablamos de fútbol. Intento estar informado de todo lo que se mueve alrededor de Unionistas y trato de seguir los partidos en directo a través de Footters o de una aplicación para ojeadores en la que tengo todos los partidos de las Ligas grandes… y no tan grandes”, confiesa. “Me consta que está viviendo una gran experiencia por cómo se respira el fútbol en Salamanca, por cómo está volcada la afición y por cómo lo han recibido”, añade.
Sobre las cualidades de su hermano, José destaca que “la principal diferencia entre Jabi y otros técnicos es su manera de gestionar el vestuario y detectar las necesidades del equipo”. Con esta forma de ser, tratará de conseguir la permanencia en Segunda B, objetivo para el que era contratado en octubre de 2019. ¿Lo logrará? “Trabajo, trabajo y trabajo es el camino”, responde José, que piensa que se obtendrá “porque la sensación es que la directiva, los jugadores, la hinchada y el propio Jabi creen en ella”.
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