Este miércoles, 10 de abril, se cumplen ocho años de la conquista de la Euroliga por parte del Avenida. Hasta entonces, el club charro jamás había logrado un título internacional, y nunca más ha vuelto a conseguir este trofeo.
Para llevarlo a sus vitrinas, el entonces denominado Halcón-Avenida en competición europea contrataba el verano anterior al entrenador Lucas Mondelo. Previamente a empezar la temporada, con la atención del deporte salmantino puesta en el Torneo Internacional de Baloncesto Femenino que ese fin de semana acogía el Multiusos Sánchez Paraíso, el cuadro azul jugaba un partido amistoso contra el Universidad del País Vasco (IDK Gipuzkoa) de Liga Femenina 2 en el pabellón de Würzburg.
Tenía lugar en la mañana del sábado 18 de septiembre de 2010 y se disputaba a puerta cerrada. ¿El motivo? Se organizaba sobre la marcha, pues las visitantes se enfrentaban al día siguiente, en Zamora, al Caja Rural-Valbusenda (Quesos El Pastor). Además, parte de las jugadoras del Avenida formaban parte de las selecciones (Australia, España, Estados Unidos y Senegal) que competían en el mencionado torneo que había en Salamanca esos días y era imposible contar con su presencia. También se estimaba que los aficionados charros estarían más pendientes del campeonato internacional y, por otra parte, al celebrarse un partido sin público a modo de entrenamiento conjunto entre los dos equipos, se produciría un ahorro en personal de seguridad y en el arbitraje.
Por todo ello, el club consideraba inadecuado difundir la disputa de esta ?pachanga? que componía una sesión de entrenamiento y la prensa desconocía la existencia del encuentro, quedándose sin poder informar sobre el mismo. La Federación de Castilla y León de Baloncesto tampoco incluía este duelo de preparación en la lista de choques de pretemporada que tenía en su página web.
Sin embargo, existe una crónica sobre este enfrentamiento. La redactaba la agencia de representación de jugadoras Prodep y recoge que el Avenida se imponía por 76 a 61.
Después de este duelo guardado en secreto por el hecho de considerarse un entrenamiento más, el equipo charro continuaba con su serie de compromisos previos a una temporada en la que ganaba la Liga, la Supercopa y la Euroliga.
Quizás, ese partido de preparación que se pretendía mantener oculto sirviera para ensayar alguna jugada. Quizás, ese encuentro amistoso que se deseaba que permaneciera en silencio sentaba las bases de un conjunto triunfador. Quizás, ese compromiso informal y desconocido contribuía a que, hace ocho años, el Avenida se proclamara campeón de Europa.
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