Finalizó el sueño del Ciudad Rodrigo en la Copa Federación. El Rápido de Bouzas logró pasar una eliminatoria que estuvo tan igualada que incluso llegó a ir a la prórroga, donde los gallegos remataron la faena ante el cansancio de los mirobrigenses, que lo dejaron todo ante más de mil espectadores.

Que era un día grande se respiraba en la grada y en el césped. Desde el primer minuto, el Ciudad Rodrigo fue a por el encuentro con la intensidad que acostumbra y con una ilusión, si cabe superior. Salió a encerrar a los gallegos y el gol no tardó. Risueño, de falta directa, conseguiría empatar la eliminatoria solo en el minuto 20, con mucho tiempo por delante para remontar.

Y no sería por los intentos que los locales intentaron en un partido de mucho respeto y miedo por quedar eliminados. Al final del encuentro, de hecho, cuando aparecieron los huecos por el cansancio, fue cuando se gozaron de las mejores ocasiones. Con el palo impactaron los mirobrigenses y casi con el gol Maza de forma directa pero el gol se resistió en los 90 minutos.

Se llegó entonces a una prórroga que resultaría fatal para los salmantinos. Un penalti a favor de los visitantes en los primeros quince minutos dejarían el marcador cuesta arriba aunque no se rendirían tan fácil los de Aris Marcos. Sin embargo, sus intentos dieron con el segundo de los gallegos de cabeza, que sentenciaban la eliminatoria después de 120 minutos de lo que acostumbran ser, de gladiadores en la arena ante un Francisco Mateos entregado. 

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