El Salamanca CF UDS fue muy práctico ante el Leganés B. Los de Calderón aprovecharon un tremendo zapatazo de Diego Benito al filo del descanso y aguantaron las embestidas del Leganés B para llevarse la victoria de suelo madrileño por 0-1.
El once inicial de Antonio Calderón contaba con una novedad. Manín le ganaba la partido al mexicano Telles y el Salamanca CF UDS formaría con un 1-4-3-3. Benítez era el meta titular; Palomares, Espeso, Murua y Kristian formaban en retaguardia; Hugo Díaz, Amaro y Benito jugaban en la medular; y Carmona, Segura y Manín eran los futbolistas más adelantados.
El arranque de partido dejó dos equipos que querían tener la pelota aunque con más imprecisiones que juego. Poco a poco, el Leganés B fue ganando la batalla del balón y llegando, a cuenta gotas, al área de Javi Benítez. Kristian tuvo que llegar a un corte de manera excepcional para evitar el 1-0 del Leganés B y Segura era el único con acierto en el ataque charro.
No fue una buena primera parte de los de Antonio Calderón. Pero se marcharon por delante en el marcador. A dos minutos para el descanso, Manín intenta una chilena dentro del área, no toca el balón y Diego Benito, con el ‘10’ en la espalda y un cañón en su pierna derecha, suelta un tremendo zapatazo que se cuela por la escuadra de la meta madrileña para poner el 0-1.
La segunda mitad fue un monólogo continuo del Leganés B. El filial pepinero llegó una y otra vez al área de Javi Benítez y tuvo numerosas ocasiones para empatar.
En el descanso, Calderón ya había metido en el campo a Liam por Segura para sostener el centro del campo. Como su equipo no era capaz de salir y estirarse, el técnico del Salamanca CF UDS introdujo a Iban Ribeiro y Jairo Morillas para formar con el 1-4-4-2 y encontrar velocidad arriba.
Pero el Leganés B apretó. Y mucho. Cissé, Diego y Álex lo probaron. Unas veces por falta de puntería y otras por la buena actuación de Javi Benítez, el Salamanca CF UDS se libraba de la quema.
En el tramo final, con cinco zagueros ya sobre el campo, el equipo charro aguantó el empuje local. En la última jugada, una mano de Javi Benítez impidió que el delantero madrileño empujase el 1-1 en boca de gol. El pitido final certificó la victoria y alivió a los de Calderón, como dejó claro Amaro con su grito con el encuentro acabado.
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