Nuria Suárez es la nueva entrenadora del equipo femenino sénior del Balonmano Salamanca. Hasta aquí podría ser una noticia más, que pasara desapercibida entre tantas otras pero su historia lo imposibilita. Ella es una chica argentina que ha dejado parte de su vida en Río Tercero para desarrollar la otra parte, el balonmano, en Salamanca.

La idea es sencilla. Nuria descubrió las bondades de España con el balonmano hace ya años, cuando aprobó los cursos sucesivos para ser entrenadora nacional de un deporte en continuo crecimiento. Fue entonces cuando ya descubrió que solo el carné no era suficiente, que tenía que ?venir una temporada para ver el día a día?, para ?ver otra realidad? que en Argentina no hay.

Ese momento anhelado llegó esta temporada. ?Se dio todo en mi vida profesional para venir?, cuenta, y la experiencia, en apenas un mes, ya no ha defraudado. Salamanca fue su decisión, pero no la única opción. ?Tenía tres y me decidí por Salamanca. Prioricé la formación y el lugar donde creí que iba a crecer más y luego me encontré la calidad humana de la gente del club?, se confiesa, aunque también hay más, un pequeño secreto. ?Lo otro es que mis abuelos son salmantinos. Fue volver a las raíces?.

Desde el 30 de agosto lleva ya afincada en Salamanca y su objetivo personal lo tiene claro. ?Conocer las modalidades de trabajo, compartir ideas, abrir los ojos y la cabeza ante otras formas de trabajo? que, además, es diferente al que puede haber en Argentina. ?Hay dos puntos discordantes muy claros. Una es la formación de los entrenadores, la mayoría hablan el mismo idioma en cuanto a conceptos. El otro es la infraestructura?, comenta.

Y quizás por esta forma de pensar, lo que ha visto en los jugadores, de momento, le ha encantado. "Hay muchos jugadores que resuelven muchas situaciones. Son jugadores muy inteligentes?. Esta forma de trabajo es lo que se quiere llevar de Salamanca a Río Tercero, dentro de las posibilidades que ofrecen esas infraestructuras con pocos pabellones y mucho cemento en el suelo. ?El día que me vuelva intentaré brindar mucho de lo que pueda aprender. Cuando el deseo está presente se entrena en cualquier lugar. La voluntad puede suplantar un montón de cosas?, asevera.

Eso sí, este momento tendrá que esperar como mínimo un año en el que seguirá aprendiendo de la base del BM Salamanca y enseñando no solo a las sénior del equipo sino también a las infantiles, a las que también entrena con otros dos compañeros. Sobre el primero cuenta que ?es un lindo desafío. La idea es este año hacer un equipo más competitivo con identidad propia. Creo que hay potencial?. De momento, en el primer encuentro cayeron de uno como visitantes. ?Este es un proceso largo. Los resultados solo llegarán con el trabajo?. 

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