El benjamín A del San Agustín está realizando una gran temporada en todos los sentidos. El principal es en el formativo, en el que este grupo de amigos y compañeros de clase está dando pasos avanzados. De hecho, al ser un club de colegio, es algo que se exige, que se aprenda a través de la diversión que ofrece un balón de fútbol. Los resultados son completamente secundarios.
Sin embargo, con el trabajo y la ilusión, estos también acaban llegando. Y estos pequeños futbolistas tienen el claro ejemplo. Después de un comienzo dubitativo tras quedarse solo nueve en el equipo, han conseguido sumar 16 de los últimos 21 puntos para situarse en mitad de tabla con 23. Tanto es así que, a pesar de que no le presten la mayor importancia, solo se encuentran a dos puntos del ascenso debido a la cantidad de filiales que hay en la Segunda División Provincial.
Los nueve futbolistas que comenzaron, eso sí, se convirtieron en diez cuando, por circunstancias, tuvieron que ayudarse del B del equipo. Álex participó con el equipo y ya se quedó para complementar una plantilla en la que casi todos se mueven por varias posiciones. Es lo que provoca el hecho de tener pocos jugadores en el equipo pero que, a su vez, repercute también en su formación ya que aprenden a moverse por varias situaciones y a valorar también el trabajo del compañero.
La evidente progresión, eso sí, redobla la ilusión en el equipo, incluidos los propios entrenadores. Y es que competir, en su justa medida, también sirve para formar. Esta mejoría se ha conseguido siendo fieles a lo que son desde comienzo de temporada en el que el balón siempre es protagonista. En estas edades, además, debe serlo. El juego de toque es el que frecuentan siempre que se pueda y el portero juega como lo que es, un jugador más que saca en corto y apoya a los compañeros.
La otra arista es la colocación en el campo, en la que siguen también progresando. Obviamente, no hay resultado bueno sin trabajo previo y la marcha del equipo es evidente. Se hace, además, con la premisa de que todos jueguen y se diviertan de la manera más igualitaria posible, algo que se multiplica al ser solo diez. Esto, eso sí, también tiene otros problemas como el hecho de que en cuanto haya alguna falta, todo se complica.
A pesar de todo, la alegría colma el equipo. Incluido en un grupo de padres también muy unido. El ambiente ayuda a que la marcha del conjunto siga en progresión positiva y eso, en definitiva, es lo único importante. Diversión, aprendizaje y fútbol, todo en uno.
La plantilla está formada por Andrés (portero); Aitor, Marc, Miguel y Malmierca (defensas); Javi (centrocampista); Parra, Álex, Rodrigo y Asier (delanteros); Rubén y Felipe (entrenadores).
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