Uno de los grandes miedos que tienen los corredores de la San Silvestre es que, por las fechas en la que se celebra, llueva. En Salamanca está habiendo la suerte de que, en los últimos años, se está evitando las precipitaciones antes y durante la carrera (el año pasado cayó alguna gota después).
Esta edición, la número 35, parece que no será una excepción, ya que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) cifra en un 0% las probabilidades de que haya ninguna precipitación durante la prueba, por lo que los corredores podrán evitar la tan temida lluvia.
Lo que sí parece que sufrirán será el frío, algo lógico por otra parte. La Aemet espera que ese día las temperaturas mínimas (que se alcanzarán de madrugada) estén en torno a los -2 grados centígrados, mientras que las máximas ascenderán hasta los 11 grados centígrados.
Algo que a los deportistas de élite les afectará, pero en menor medida, a la hora de lograr los mejores registros posibles, pero que sí podría suponer un problema a todos esos corredores que disputarán la prueba por pura afición. Es por ello que es aconsejable llevar prendas térmicas o de abrigo, estas últimas siempre que no se pretenda alcanzar un tiempo de competición.
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