Ver para creer. El Santa Marta y su falta de gol está permitiendo vivir momentos épicos en un comienzo de temporada accidentado de cara a la portería rival. Si en la semana pasada hubo que esperar a los minutos finales para que Cornejo y Ramajo tumbaran al Onzonilla, en esta hubo que hacer lo propio para que Rubio remachara a gol en el minuto 90 una jugada tormesina que dejaba los puntos en el San Casto y al Laguna de vacío. 

Y es que los de Arturo Martín fueron infinitamente superiores a su rival desde el pitido inicial. Después de una primera ocasión de los vallisoletanos, que dejaron claro su planteamiento a la contra desde el principio, el Santa Marta se hizo dueño del balón y del partido empujando cada vez más en busca del gol que ya se resistió hasta los minutos finales el pasado fin de semana. 

Poco a poco, los delanteros tormesinos fueron pisando área y creando ocasiones muy claras que no conseguían materializar. Borrego, Cascón o Ramajo las tuvieron en apenas cinco minutos antes del ecuador de la primera parte. Tres ocasiones que espolearon al equipo para seguir intentándolo.

Así, nuevamente Borrego pudo hacer el primero de cabeza pero Asenjo estuvo acertado. Luego Cascón, de nuevo, consiguió llegar al área para dejársela a Manu González, pero su disparo se fue fuera por poco. Estas ocasiones, aunque claras, no lo fueron tanto como la que tuvo el equipo cuatro minutos después. Borrego, con un gran chut, estrelló el balón en el larguero y, cuando ya se cantaba el gol en el rechace de Cascón, un defensa visitante consiguió sacarla sobre la línea. 

Como un continuo diluvio se acercaba el Santa Marta, que se fue al descanso inexplicablemente con el empate a cero pero con 45 minutos por delante para desequilibrar la balanza. Sin embargo, el miedo fue entrando a medida en que pasaban los minutos y el decorado del partido no cambiaba. El Santa Marta siguió apretando sin ningún tipo de suerte y el Laguna achicaba balones como podía.

De nuevo los de arriba las tuvieron muy claras pero la defensa, con algo de suerte en ocasiones, y el portero, aliado con los postes, no estaban por la labor de dejarle la suerte de cara a los tormesinos. Arturo Martín, entonces, movió el banquillo para buscar más acierto, y lo acabó encontrando con Rubio, que sustituyó a Martiña.

El centrocampista envió, primero, un balón al larguero avisando de que el partido no había acabado y ya cuando se encaminaba el partido al empate, casi en el descuento, hizo el gol del triunfo para llevar el éxtasis al San Casto y dejar los puntos en Santa Marta. De esta manera, aunque con muchos apuros, los salmantinos siguen la estela de los líderes, a los que solo les tienen a dos puntos. 

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