Con una climatología que poco ayudaba al fútbol, los locales ponían una marcha más pero lo cierto es que las llegadas se sucedían en un lado y otro. Fue mejorando la escuadra salmantina, que aumentó el ritmo de choque pasada la media hora de juego hasta encontrar en el 44 la recompensa del gol.
Hasta el final, los guijuelenses trabajaron de lo lindo defendiendo el tanteador, que era lo que tocaba. Los madrileños buscaban la igualada peor el trabajo de los de Sito fue esta vez muy positivo y así el Guijuelo guardaba como oro en paño tres puntos vitales y tranquilizadores.
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