Parece mentira que con el movimiento que genera a lo largo de una temporada la Unión Deportiva Salamanca, el club lleve anclado en el momento más importante de sus historia, puesto que en juego está su futuro, desde que la competición finalizara aquel domingo día 13 de mayo.

Y es que nadie puede hacer nada y todo el mundo está atado de pies y manos, aguardando la Junta de Accionistas del día 28 o la decisión de anunciar al descapitalización del club por parte de Juan José Pascual, algo que abriría las puertas del club hacia nuevos inversores.

El máximo accionista es el que peor lo tiene y sigue buscando y llamando a puertas para intentar recibir alguna contraprestación económica por su accionariado. Pascual sabe que va a perder lo invertido y que si no dice sí a la descapitalización del club lo que hará será asestar una puñalada que puede ser definitiva a su UDS.

Con esta actitud de Pascual, los administradores tienen claro que no se va a mover nada de futuro en el club, no darán permiso, por lo que esperan a esa Junta Extraordinaria para ver por dónde sale el máximo accionista, al que le buscan convencer para que actúe antes, y ver en definitiva si el Salamanca tiene o no futuro.

Mientras tanto, Juan José Hidalgo aguarda esa descapitalización para lanzarse a salvar al Salamanca. Con un proyecto al que viene dándole forma y cuyas líneas maestras tendría ya cerradas, el ex presidente sólo espera que el máximo accionista deje de cerrar la puerta al futuro del club para entrar en él y volver a levantarlo en el panorama nacional.

Parados igualmente están los consejeros, impuesto por Pascual la mayoría y que no pueden mover un dedo, no fichar, ni presupuestos, en definitiva no les es posible planificar lo que sería la próxima campaña, esa que llaman de austeridad y que sería pan para hoy y hambre para mañana.

Y alrededor, por si finalmente la entidad tiene que tirar hacia delante de esta manera, muchos representantes, agencias y jugadores siendo ofrecidos al club, que no puede mover ficha y que solamente puede decir eso de “si esperas podremos hablar más adelante”.

Y así es el día a día de una UDS que necesita como sea una inyección económica y que apura los días para una cita vital, la Junta Extraordinaria, a la que llegaría con el futuro en juego si Juan José Pascual no firma antes el compromiso de descapitalización, única forma de que los administradores y todo lo que rodea al club pueda volver a funcionar.

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