En los últimos días, diversos medios nacionales están sacando a la luz amaños en los encuentros de Segunda División B y Tercera División. Un tema tabú pero jugoso dentro del fútbol amateur y semiprofesional que hace que el entorno de los equipos pueda lucrarse alterando la ética y la deportividad de la competición.
La pasada semana, la Federación de Castilla y León informó a los clubes de los apartados d) y e) de la Ley 13/2011 de 27 de mayo, de regulación del juego, por su interés para futbolistas y técnicos de clubes. Según lo estipulado en la Ley, podría dar lugar a infracciones que deriven en sanciones de hasta 100.00 euros.
En Unionistas ya conocían dicha norma y, en cada contrato del club con los jugadores, existe una cláusula que impide a los jugadores apostar. Si un jugador apuesta en la categoría en la que se participa o en el playoff y el club tiene datos de ello podría rescindir el contrato de forma unilateral.
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