El 83% de las familias considera que los deberes escolares deberían reducirse fines de semana, vacaciones y puentes

La Consejería de Educación presenta una guía con recomendaciones sobre esta materia. Tras los cuestionarios realizados el pasado febrero a alumnado, profesorado y padres, se desprende que las familias de la Comunidad consideran los deberes de sus hijos útiles y que deberían mandarse todos o casi todos los días, sin embargo un 55 % los califica de elevados

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 El 83% de las familias considera que los deberes escolares deberían reducirse fines de semana, vacaciones y puentes
El 83% de las familias considera que los deberes escolares deberían reducirse fines de semana, vacaciones y puentes

El director general de Política Educativa Escolar, Ángel Miguel Vega, ha presentado una guía con recomendaciones sobre esta materia. Vega ha señalado que “la Consejería de Educación considera conveniente establecer orientaciones -más que una regulación prescriptiva- sobre las tareas escolares fuera del horario lectivo pues, de otra forma, difícilmente se daría una respuesta satisfactoria a toda la comunidad educativa”.

Tras los cuestionarios realizados el pasado febrero a alumnado, profesorado y padres, se desprende que las familias de la Comunidad consideran los deberes de sus hijos útiles y que deberían mandarse todos o casi todos los días, sin embargo un 55% los califica de elevados. Además, la guía realiza sugerencias tales como que la mayoría de las tareas deberían ser resueltas sin ayuda, en un periodo de tiempo flexible dependiendo de la etapa educativa -que nunca debe rebasar los 90 minutos- y que todos los docentes que dan clase al mismo grupo deberían tener una visión global de la tarea que se les exige realizar en casa a los alumnos, entre otras.

El contenido de la Guía es producto del trabajo y acuerdos de una Comisión autonómica plural, constituida por 16 personas, representantes de los diferentes colectivos de la comunidad educativa de Castilla y León: familias, profesorado y alumnado, que integra diferentes puntos de vista y sensibilidades sobre los deberes escolares. En este sentido, durante la presentación del documento, el director general de Política Educativa Escolar, Ángel Miguel Vega, ha subrayado que “la finalidad de la guía es contribuir a la reconocida buena praxis del profesorado de Castilla y León, así como orientar al alumnado y sus familias, proporcionando recomendaciones prácticas, viables y sencillas sobre cómo planificar, realizar y, en su caso, evaluar los deberes escolares. En ningún caso, las medidas adoptadas deben conllevar una sobrecarga de trabajo para estudiantes y docentes, ni generar desigualdades por razones de origen familiar, cultural… ni la merma de autonomía de los centros a la hora de planificar los procesos de enseñanza y aprendizaje”.

Resultados cuestionarios

La Consejería de Educación ha prestado su colaboración en la creación de la Comisión y en la recogida de información a través de cuestionarios de opinión -familias, profesorado y alumnado-; ha fomentado el intercambio -presencial y a distancia- y el trabajo independiente y autónomo de sus miembros así como la difusión del documento final.

De esta manera, la principal conclusión que se desprende de las encuestas realizadas en 132 centros -60 de Primaria y 72 de ESO- que han contado con la participación de 4.007 alumnos -2.023 de 5º de Primaria y 1.984 de 3º de ESO-, sus familias y 1.534 docentes -367 son maestros y 1.167 profesores- es que los deberes son una práctica habitual en los centros ya que la mayoría del alumnado manifiesta tener tareas fuera del horario lectivo todos los días (73 % Primaria, 79 % ESO) circunstancia que es corroborada por las familias (76 % Primaria, 73 % ESO).

Por su parte, los docentes encuestados piensan que el profesorado es abiertamente partidario de los deberes (88 % Primaria, 86 % ESO) y suelen mandar deberes todos o algún día a la semana (75 % Primaria, 85 % ESO); además, la mayoría del profesorado considera que las familias están de acuerdo con los deberes que mandan en su centro educativo (89 % Primaria, 74 % ESO).

Las familias opinan mayoritariamente que los deberes son útiles (84 % Primaria, 82 % ESO) y consideran que deberían mandarse deberes todos o casi todos los días (44 % Primaria, 41 % ESO) pero deberían reducirse los fines de semana, vacaciones y puentes. Sin embargo, en contra de la opinión generalizada, los alumnos no suelen tener deberes en estos periodos: según los estudiantes, menos del 0,6 %. En porcentajes parecidos se mueven las respuestas del profesorado aunque se incrementa ligeramente cuando se pregunta a las familias si sus hijos tienen deberes los fines de semana (3-4 %) y en vacaciones y puentes (12 %).

La actitud del alumnado ante los deberes es diferente según la etapa considerada. Un 44 % de los alumnos de Primaria son partidarios de deberes y un 12 % manifiesta su rechazo. En ESO, solamente el 13 % muestra una actitud favorable y un 39 % expresa su rechazo hacia los deberes. Las áreas o materias con mayor proporción de deberes según el alumnado encuestado son Matemáticas (31 % Primaria, 28 % ESO), Lengua castellana (28% Primaria, 20 % ESO) e Inglés (16% Primaria, 17% ESO).

Se han diferenciado el tiempo de deberes de los tiempos de estudio y lectura. Los alumnos dicen dedicar habitualmente a la realización de deberes entre 30 y 60 minutos diarios (41 % Primaria, 36 % ESO).

Finalmente, del cruce de respuestas de profesores y alumnos cabe destacar la escasa coincidencia en estimar la adecuación de los deberes a las características individuales. El 90 % del profesorado tiene en cuenta las diferencias individuales cuando manda deberes; por el contrario, el alumnado declara que en torno al 90 % de los deberes son iguales para toda la clase, extremo que parece estar confirmado por el hecho de que la mayoría de los deberes son propuestos a partir de las actividades del libro de texto.

Recomendaciones

Tras conocer los resultados, la Comisión autonómica sobre los deberes escolares aconseja llevar a cabo una serie de iniciativas al comienzo del curso escolar que fijen en cada centro los criterios generales sobre las tareas fuera del horario lectivo. Así, recomienda priorizar que el alumnado realice deberes durante los días lectivos, reduciéndolos o, incluso, suprimiéndolos los fines de semana y en periodos vacacionales.

La mayoría de los deberes conviene que sean resueltos sin ayuda y ser completados por el alumno en tiempos flexibles que se moverían en una amplia horquilla, desde unos pocos minutos en los primeros cursos de Primaria, incrementados progresivamente, hasta los 60 minutos diarios en los últimos cursos de esta etapa, y en ESO no rebasar los 90 minutos diarios. En los dos o tres primeros cursos de Primaria deberían sugerirse deberes no obligatorios para compartir con la familia -lecturas, actividades creativas, programas infantiles de TV o radio, visitas culturales, medioambientales…-.

En los cursos siguientes, además de algunos de los planteamientos anteriores, conviene proponer actividades creativas y diferentes a lo realizado en clase, orientadas a desarrollar el interés por aprender. En ESO, los deberes escolares son percibidos como un problema por la mayoría del alumnado: cerca del 60 % opina que los deberes son muchos y difíciles; casi el 90 % opina que la mayoría son actividades del libro de texto y los cataloga de aburridos. Ante tal escenario, la propuesta de tareas debería ser más abierta a la opcionalidad, ofreciendo un número mínimo y máximo, actividades con distinto grado o nivel de dificultad, etc. y, en último caso, si el profesor lo considera necesario, realizar o practicar los más difíciles en clase.

Sería deseable que, en las reuniones de los equipos docentes, cada profesor expusiera su práctica de los deberes para que todos los que dan clase al mismo grupo tengan una visión global de la tarea que se les exige en casa a sus alumnos. Además, siempre que sea posible, el profesor debe aclarar el sentido y alcance de los deberes que pone a sus alumnos, explicar cómo deben hacerlos y si serán valorados y evaluados y cómo. Asimismo, deben evitar que estos se conviertan en una medida disciplinaria para aquellos estudiantes que no prestan atención en clase.

Finalmente, sería conveniente que, ante las dificultades de determinadas familias para facilitar a sus hijos espacios, tiempo y recursos para los deberes escolares, se proporcionen alternativas como aulas abiertas, estudio asistido, apertura de la biblioteca, apoyos y refuerzo en el centro, atendidos por personal cualificado y fuera del horario lectivo.

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