“El aumento de las penas no es un medio coercitivo”

La abogada Beatriz Arroyo asegura que se necesita más educación desde la infancia y formación en diferentes ámbitos para ayudar a la mujer a dar el paso de denunciar de manera más temprana, único medio para asegurarse erradicar la lacra de la violencia de género. Ve con buenos ojos las medidas implementadas para mejorar la situación de los menores y pide que se evite la coincidencia del presunto maltratador y la presunta víctima en los edificios de Justicia

 “El aumento de las penas no es un medio coercitivo”
“El aumento de las penas no es un medio coercitivo”

Beatriz Arroyo, abogada en A&B Abogados, también considera positivo el acuerdo entre los grupos parlamentarios de implementar una serie de medidas para la lucha contra la violencia de género y destaca, especialmente, todas aquellas que tienen que ver con el futuro de los niños y niñas que quedan huérfanos o sin una vivienda a la que poder acceder.

Recuerda, de hecho, que la primera situación en la que se suelen quedar los hijos e hijas es en manos de los servicios sociales hasta que algún familiar pueda acreditar el parentesco y una situación idónea para poder acogerlos. “Era importante que se regulara la situación de los menores e introducir medidas en este aspecto es muy positivo”, reconoce.

Más allá de esto, en lo que respecta a la propia mujer, admite que las medidas tomadas hasta la fecha no han parecido servir para erradicar esta lacra social y que el primer paso, eso sí, debe estar en la detección precoz de la situación. Por ello, es necesario que la mujer que esté sufriendo violencia de género en cualquiera de sus vertientes se dé cuenta y se anime a contarlo para poder denunciarlo.

En este aspecto, afirma que el hecho de que se pueda recibir información en muchos lugares como puntos de información que están previstos en las medidas o en las propias farmacias puede resultar muy positivo. “El apoyo para dar el paso es muy importante. La mujer se puede sentir más respaldada”.

Y es que, tal y como reconocen todos los especialistas en el ámbito, son múltiples los factores que puede provocar que la mujer no sepa reaccionar. El primero es el ni siquiera saberlo, pero detrás de ello también hay miedo por dependencia económica o represalias o el sentirse sola después de dar el paso.

Por ello también destaca el hecho de que los médicos reciban una formación por la que puedan poder detectar estos casos. Sin embargo, para la abogada, en este caso más que por falta de formación, se debe a falta de medios ya que, en la casi totalidad de los casos, el médico apenas puede pasar tiempo con el paciente.

A pesar de esto, la educación, en cualquier ámbito, pero más si cabe en edades tempranas, es un hecho claramente importante. “Es la semilla para el fruto futuro. Además también sabrán diferenciar estos casos y ayudar a dar el paso. Es lo fundamental para evitar esto”.

Ineficacia del Código Penal

“Ha quedado demostrado que un aumento de las penas no es un medio coercitivo”, comenta Beatriz Arroyo, que también se queja, al igual que el Decanato de Salamanca, de la falta de aislamiento en las salas de vista de tal manera que se puede dar la paradoja de que se decreten unas medidas cautelares que ni siquiera se puedan cumplir en el mismo edificio de Juzgados.

Esta, de hecho, es la principal petición de la abogada, a la que también le gustaría ver un sistema judicial quizás más humanizado en estos temas, en los que las pruebas documentales no son tan clarividentes como en otros casos. Sin embargo, para ello es necesario conocer la situación de la víctima, también la psicológica, con la dificultad que eso conlleva. De ahí que la formación sea tan importante.

Sobre las medidas que se quieren incluir, y entre las que se encuentra el hecho de que las injurias y las calumnias no sean consideradas como delito leve, le parece que puede ser una “buena forma de evitar esta lacra social”, aunque todo hay que verlo en la puesta en práctica.

Además, en el terreno civil, las medidas pensadas para los niños y niñas hay que verlas con lupa, mientras que la ayuda económica que se quiere prestar de seis meses a la mujer sí la ve con buenos ojos. “A priori podría ayudar a que se denuncie en los casos en los que tenga dependencia económica. Además las asociaciones ofrecen alojamiento en los primeros días”.

Sin embargo, lo más importante, es que estas medidas, pensadas para evitar la violencia de género no queden en papel mojado. “Si se cumplen, con más o menos eficacia, seguro que habrá mujeres que puedan denunciar antes y los hombres contarán con más presión social. Podría cohibirles”.

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