La ayuda a los que menos tienen para pasar la Navidad: “Hay algunos que están a punto de cruzar la línea de dar donativos a tener que necesitarlos”

La asociación Cajas Solidarias sigue ayudando a cerca de 500 familias dos veces por semana. Estas fechas han recibido incluso donaciones de juguetes para regalar

Foto de archivo del reparto de Cajas Solidarias en su sede de la calle Escultores
Foto de archivo del reparto de Cajas Solidarias en su sede de la calle Escultores

Nochebuena suele ser una fecha en la que las familias y seres queridos se reúnen y disfrutan de una comida copiosa. Lo mismo ocurre en Navidad, donde ya sea una repetición de la noche anterior o con un grupo de personas nuevo, los alimentos suelen desbordar en la mesa de muchas personas.

Pero por desgracia, no todo el mundo puede pasar unas navidades así. Ya muchos no podían otros años, golpeados por una crisis económica que comenzó en 2008 y de la que bastantes no habían logrado salir o por malas decisiones y situaciones que les habían llevado a un mal momento personal. Pero tras este 2020, la cantidad de personas que han tenido que apretarse el cinturón, cuando no darse dos vueltas, ha aumentado significativamente.

La pandemia del coronavirus ha desatado una crisis económica que ha afectado a gente de todos los estratos sociales y de varios sectores económicos. Personas que afrontan estos días no sólo como si fueran unas jornadas más, sino con el golpe anímico que supone no poder ofrecer a los suyos -y a ellos mismos- lo que creen que se merecen.

Si hace varios meses, la asociación Cajas Solidarias, que lleva desde 2013 ayudando a quienes más lo necesitan, veía cómo la cantidad de familias a las que ayudaban se multiplicaban, en Navidad no han podido celebrar, lamentablemente, que el número de personas a las que tienen que echar una mano haya disminuido.

"Hay gente que está viendo limitados sus medios a raíz del COVID-19, y están al límite de cruzar la línea de dar donativos a tener que necesitarlos"

Así lo explica su responsable, Javier, a SALAMANCA24HORAS. “La necesidad es la misma”, dice claramente. El único lado positivo es que la cantidad de nuevas personas que acuden a pedir ayuda se ha ralentizado, aunque “es lógico que el flujo de demanda disminuya”, ya que el fin del primer estado de alarma, más que restrictivo, ha permitido a muchos recuperar su empleo o encontrar uno.

“Las situaciones dramáticas que vemos te dan lástima, ya que muchas veces no es suficiente”

Desde Cajas Solidarias, según indica Javier, no se hace “nada especial” por Navidad. Pese a quitarse mérito, ya que lo que hacen casi diariamente es más que especial, el responsable de la asociación se refiere a que no dan un lote con productos específicos para estas fechas, más allá de lo que les facilitó el Banco de Alimentos para repartir entre las familias con niños pequeños.

Este lote es “muy básico”, algo que entristece a Javier, que pese a su gran corazón reconoce que “te da pena al ver lo que le das a muchas familias, porque a una que no llegue bien a final de mes, pues sí que le alivias un poco; pero las situaciones dramáticas que vemos te dan lástima, porque vemos que muchas veces no es suficiente lo que le das”.

Sí que, gracias a la ayuda de muchos particulares, han podido dar a las familias con niños más pequeños algún juguete. Estos han sido donados y repartidos antes de Nochebuena, ya que desde el martes que fue el reparto habitual, no habrá otro hasta el sábado, cuando continuarán con su labor de manera incesante.

Respecto a las donaciones, las que más han recibido han sido de alimentos, “que es lo que más necesitamos”. Desde AMPAs hasta particulares “que han puesto su granito de arena”. Eso sí, Javier ha notado que hay muchas personas que antes ayudaban que ahora ya no pueden porque “están viendo limitados sus medios a cuenta del COVID-19. Gente que ayudaba más y que ahora no pueden tanto, porque están al límite de cruzar la línea de dar donativo a tener que necesitarlos. Espero que todo se resuelva cuanto antes, la economía es estabilice y podamos ver la luz”.

Muchas familias han tenido que regresar a sus países de origen

Javier, que comentaba previamente que la necesidad de las familias sigue siendo “la misma”, explica que hay muchas que han dejado de necesitar ayuda. Por una parte tiene su lado positivo, ya que se debe a que alguno de los miembros ha encontrado trabajo “y prescinden de la ayuda porque ya no la necesitan”.

Pero también está la parte negativa, ya que esto también se debe a que “muchas familias se han tenido que marchar a su país de origen”. Y es que, como bien resalta, la crisis afecta a las familias más vulnerables, que pueden ir desde las formadas por madres solteras inmigrantes o por parados de larga duración pasando por personas sin formación o que están de manera irregular en nuestro país a la espera de conseguir un permiso de trabajo.

Muchas de ellas trabajaban en sectores gravemente afectados por el COVID-19 como la hostelería, el servicio de limpieza o el de acompañamiento de mayores (desde trabajadoras internas hasta algunas que se encargaban de pasear a los ancianos). “Antes se mantenían y pagaban gastos con lo que sacaban, pero a cuenta del COVID, todo se ha limitado mucho”, asegura Javier.

Con ello se refiere a que muchas de esas personas, al estar en situación irregular, no sólo han perdido su empleo sino que no reciben ningún tipo de ayuda; además, ha muerto mucha gente mayor que daba empleo con el que se sustentaba más de una familia.

Esto ha provocado que muchas personas hayan decidido regresar a su país de origen. Por ello, Javier confía y desea en que 2021 sea un año donde la pandemia no sólo se estabilice, sino que se contraiga. En definitiva, que acabe el COVID “y poco a poco se retome el pulso económico en todos los sectores”.

Una nueva ubicación que facilita preservar la privacidad: “Evitamos que se visualice la situación de necesidad”

Hay familias que no han llegado a acudir a Cajas Solidarias porque “tienen familia o amigos que les apoyan. Otras puede ser porque les da vergüenza pedir ayuda. Precisamente para evitar que nadie sea visto acudiendo a la asociación y que así nadie deje de ir por ello, Cajas Solidarias se ha mudado de la calle Escultores a un nuevo local en la avenida Agustinos Recoletos.

Se trata de un antiguo gimnasio de la Residencia Agustiniana, con la que han llegado a un acuerdo para que les cediesen un local que es “mejor en cuanto a instalaciones”. “Sí que habrá familias a las que les caiga un poco más lejos, pero así evitamos que se visualice su situación de necesidad y les damos más privacidad”, prosigue.

Pese a no estar tan céntricos, Javier repite que la situación no ha cambiado para nada. “Cuando repartimos fruta, entre semana, y aunque sólo vaya una persona por familia por el tema del COVID y estén citadas a horas diferentes, es inevitable que se formen colas”, indica. Unas colas que fueron bautizadas como las ‘colas del hambre’ y que son la cara más amarga de la vida.

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