En busca de soluciones para lograr la igualdad de la mujer en la ciencia

Las investigadora del IRNASA Mar Siles y Rosa Morcuende y la química Manuela Martín debaten en una mesa redonda sobre la mujer en la investigación científica
 

 En busca de soluciones para lograr la igualdad de la mujer en la ciencia
En busca de soluciones para lograr la igualdad de la mujer en la ciencia

La Biblioteca Pública Casa de las Conchas de Salamanca acogió una mesa redonda titulada Mujeres Científicas en Química y Agrobiología, dentro del ciclo Las Mujeres y la Ciencia, con la participación de dos investigadoras del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro propio del CSIC), la directora Mar Siles y la científica Rosa Morcuende, y de Manuela Martín Sánchez, presidenta del Grupo de Dictáctica e Historia de las Reales Sociedades Españolas de Física y Química.

Mar Siles explicó las tareas que se llevan a cabo en el IRNASA en materia de investigación y transferencia de conocimiento en los ámbitos agrícola, ganadero y medioambiental, así como los servicios que presta el centro, que sigue siendo “el gran desconocido” de Salamanca.

Asimismo, la directora del IRNASA comentó su experiencia profesional particular en el estudio de las enfermedades parasitarias que se pueden transmitir de animales al ser humano y que afectan especialmente a los países en vías de desarrollo. Su trayectoria, en la que destaca una prolongada estancia en Suiza, la hace experta no solo en parasitología sino en biología molecular. Aunque en su campo hay problemas muy conocidos como la malaria, hay otras “enfermedades olvidadas”, también causadas por parásitos, que pueden causar invalidez de forma crónica y que golpean sobre todo a los países menos favorecidos.

Su compañera Rosa Morcuende estudia cómo afecta el cambio climático a la productividad de los cultivos, especialmente, los cereales. “Ante el aumento de CO2 en la atmósfera, las plantas aumentan su biomasa, pero no tanto como se esperaba, los rendimientos pueden mejorar entre un 10 y un 15 por ciento, pero se pierden proteínas y otros nutrientes”, señaló.

Por su parte, Manuela Martín Sánchez repasó su trayectoria profesional, llena de anécdotas, vinculada a la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y a las actividades de divulgación dentro de las sociedades a las que pertenece. “Los problemas de la enseñanza son universales”, afirmó tras viajar mucho, ya que se trata de una tarea muy compleja, aunque en su opinión lo más importante es que un profesor tenga interés en mejorar. Además, consideró que dentro de su campo, el desarrollo de nanomateriales y el manejo de la energía están marcando el comienzo del siglo XXI.

Las tres ponentes coincidieron en que a lo largo de su carrera no se han visto perjudicadas por el hecho de ser mujer. Sin embargo, sí denunciaron que se siguen produciendo situaciones que marcan diferencias entre sexos, como poner a la mujer ante la disyuntiva de elegir entre su carrera científica y formar una familia. Asimismo, recordaron que hay estudios que demuestran que se minusvaloran los currículos de las mujeres, se les puntúa menos en los exámenes e incluso se les ofrecen salarios más bajos.

Aunque las mujeres ya son mayoría al inicio de la carrera científica, en muy pocas ocasiones llegan a los puestos más altos. El caso de Mar Siles constituye una excepción, pues solo un 17% de los directores de centros del CSIC son mujeres.

Para las jóvenes no faltan referentes. Rosa Morcuende realizó un repaso por algunas de las figuras femeninas más notables del mundo de la ciencia, comenzando por la más conocida, Marie Curie, dos veces premio Nobel por sus estudios de la radiactividad. En España, la bioquímica Margarita Salas es el gran ejemplo; pero también hay que contar a Ángeles Alvariño, oceanógrafa que descubrió 22 nuevas especies marinas; María Blasco, actual directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); Susana Marcos, salmantina conocida por sus estudios de óptica aplicada a la visión; y Manuela Juárez, zamorana especialista en el campo de Tecnología de los Alimentos.

Por lo tanto, los obstáculos para que en la ciencia la mujer alcance el papel que le corresponde parecen tener raíces más profundas. “Es un problema inconsciente, lo hemos aprendido por cuestiones sociales, no lo percibimos, pero lo ejercemos”, opinó Mar Siles.

Parte del debate que se estableció entre las ponentes y el público se centró en la posibilidad de poner remedio a la situación por medio de la llamada discriminación positiva, que apuesta por favorecer a la mujer cuando exista igualdad de condiciones ante un puesto, una fórmula que trataría de paliar la desigualdad efectiva pero inconsciente que provoca la sociedad.

“La carrera científica es muy exigente y los años en los que se crea una familia son clave, pero parece que en las mujeres la familia es un valor más arraigado que el trabajo”, comentó Rosa Morcuende.

“Aún no nos parece anticuada la idea de que deba ser la mujer quien se ocupe de la familia, pero quizá habría que plantearse que si en una pareja la mujer tiene una carrera más brillante, debería ser el hombre quien se ocupe de los niños”, opinó Mar Siles.

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