Que las redes sociales son el nuevo punto de encuentro de los ciudadanos, ya nadie lo niega. Conscientes de ello, los partidos políticos han asaltado estos foros digitales, sin olvidar los típicos actos en mercadillos o los tradicionales mítines, para hacer campaña en las últimas elecciones. Los próximos comicios generales no son una excepción, y las formaciones en juego ponen toda la carne en el asador, como pudo verse durante el debate entre Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP).
 
#debate7N fue uno de los 'trending topic' de Twitter, esto es, uno de los temas utilizado por un mayor número de usuarios de la red de 'microblogging'. Los partidarios de ambos cantidatos, dejaron mensajes de apoyo a uno u otro antes, durante y después del debate, que tuvo la friolera de doce millones de espectadores. @conRubalcaba, #peleaporloquequieres, hazte voluntario del @psoe , #contigopodemos, #sellamamatrimonio, #nosotrasdecidimos, #rajoylee, #rajoypierdelospapeles , #novotesPP o #rubacabavenceyconvence fueron algunos de los “hashtags” más habituales de los socialistas. Los populares contraatacaron con #rajoygana, #alfredonotecreo,#rbcrecortaensanidad, #sumatealcambio, #estoyconrajoy, #votaPP, #caraacara, #votamarianorajoy, entre otros muchos.
 
Los políticos mostraron ser unos expertos en eso de gestionar una cuenta de Facebook o Twitter, especialmente de esta última red, por la facilidad que presenta para recoger lo escrito por medios sociales, líderes nacionales y andaluces, así como para hacer referencias directas a otros miembros, a los que se introduce en un debate paralelo aunque, eso sí, poco objetivo, sobre el enfrentamiento entre Rubalcaba y Rajoy.
 
Pero no todo fue cosa de los políticos, que dejaron más de una fotografía de multitudinarias reuniones para ver el debate, sino que también los ciudadanos y simpatizantes de a pie fueron los grandes protagonistas del día, si no de un cambio social notable y profundo. Basta con recordar dónde se gestaron los movimientos democráticos surgidos en países del Islam para darse cuenta de la fuerza que tienen las redes sociales.
 
Horas antes del debate, ya eran muchos los que ironizaban con las medidas que llevaría a cabo Manuel Campo Vidal para garantizar la objetividad de su moderación. No eran menos los que censuraban el corsé ceñido a este evento, o criticaban los cerca de 550.000 euros que ha costado este cara a cara, el único previsto entre Rubalcaba y Rajoy antes de las elecciones del 20N.

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