La destrucción y pillaje de bienes culturales se inició prácticamente al mismo tiempo que la Guerra Civil española. Para su salvaguarda, el gobierno de la Segunda República creó la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, con delegaciones en varios puntos del país, especialmente en Guadalajara, Toledo, Ciudad Real, Cuenta y Jaén, mientras que en Madrid varios museos se erigieron como depósitos de almacenamiento temporal de algunas obras incautadas. Las primeras devoluciones de objetos comenzaron en mayo de 1939, aunque, a día de hoy, instituciones como el Museo Arqueológico Nacional seguían custodiando piezas.
Tras una minuciosa investigación realizada por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes en las colecciones de los museos estatales, el Ministerio de Cultura ha publicado el inventario de más de cinco mil bienes incautados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. Entre ellos, cinco objetos con sello salmantino identificados en los museos del Traje-Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico; el Nacional de Artes Decorativas y el dedicado al romanticismo en la capital.
Dos estampas de artistas charros
Antonio Carnicero es uno de los pintores salmantinos más destacados. No es de extrañar, pues, que algunas de sus obras se custodien en pinacotecas tan importantes como el Prado o el Museo Nacional del Romanticismo. En este último se ha identificado una estampa con huella del artista charro: un retrato de busto y perfil girado hacia la izquierda de María Antonia de Nápoles, primera esposa de Fernando VII. Lleva tocado de flores; luce pendientes y collar a juego compuesto por camafeos con bustos y una triple cadena; y porta bajo el pecho una banda de la Orden de María Luisa y Orden de la emperatriz María Teresa de Austria. Aunque no se encuentra firmada, todo parece apuntar a que la realizó Brunetti sobre un dibujo del grabador español.

Otra estampa encontrada en los fondos del Museo Nacional del Romanticismo corresponde al también artista salmantino Antonio Guerrero, que se especializó en dibujar modelos para grabado por el calcógrafo Manuel Albuerne. Se trata del busto de Fernando VII, ladeado hacia la izquierda mirando al frente, con el cabello peinado hacia la frente con grandes patillas. Viste uniforme de gala de capitán general de Artillería, sobre cuya casaca luce la gran Cruz Laureada de San Fernando y la gran Cruz de Carlos III.
Un escritorio de Salamanca

Salamanca fue uno de los principales núcleos de fabricación decorativo y vistoso en torno al siglo XVII, así como el lugar de origen del escritorio de columnillas que recibe su nombre y que constituía un mueble común en los hogares de las familias nobiliarias. El modelo que ha incluido el Ministerio de Cultura en su inventario pasó de la sede del Socorro Rojo Internacional al Palacio de Hielo (Madrid), donde se reunieron objetos procedentes de otros depósitos menores una vez finalizada la Guerra Civil. Posteriormente fue entregado al Museo Nacional de Artes Decorativas.
A simple vista, el escritorio de Salamanca tiene forma de caja rectangular, tres cajones de iguales dimensiones en la parte superior e inferior y otros cuatro centrales, superpuestos de dos en dos y flanqueados por nichos laterales cerrados por puertas. Todos ellos tienen cerraduras de llave, de hierro, que parecen haber sido encajadas, y solo algunas, inscripciones (numeración realizada con punzón de gubia formando ces).
Mide 52 centímetros de alto por 95 centímetros de ancho y presenta varios materiales aparte del hierro en las cantoneras y asas: madera de nogal y placas de hueso con dibujo de mastic negro imitando aristas o en forma de rombos y cuadrados a modo de decoración. También consta de dos tableros de pino.
Dos indumentarias festivas

También de Salamanca son dos indumentarias tradicionales que datan de 1880, de la Edad Contemporánea, y que fueron cedidas al Museo del Pueblo Español (hoy Museo del Traje) en noviembre de 1942. Una de ellas corresponde a un chaleco de terciopelo piloso negro, con solapas y cierre con línea de tres botones forrados. Consta igualmente de un par de bolsillos de ojal horizontales a la cintura y la espalda está confeccionada en tafetán de lino marrón con apresto. Todo parece indicar que se trata de una prenda festiva y masculina.
La otra indumentaria incautada con sello charro es un delantal de terciopelo marrón, de perfil rectangular y sentido vertical con dos pequeñas tablas en la cintura. El vivo y la cinta atadera son del mismo color; la decoración picada y el volante, rojas; y las lentejuelas, doradas, según detalla el Ministerio de Cultura en el inventario que ha dado ha conocer este miércoles.
Aquellas personas que localicen un bien de su titularidad en el listado pueden presentar su solicitud en el registro del Ministerio de Cultura, que estudiará las solicitudes caso por caso y que, con esta iniciativa, se convierte en el primer órgano que da cumplimiento al inventario marcado por la Ley de Memoria Democrática.
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