Los tramos del Río Tormes entre el Puente del Pradillo y el Puente de Enrique Estevan están incluidos en los ámbitos del Plan de Gestión Integral, del Plan Especial del Río Tormes y Arroyo del Zurguén, que no está aprobado, y del Plan General de Ordenación Urbana, al pertenecer al término municipal de Salamanca.
Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio denuncia que las riberas de estos tramos están pobladas por “una cantidad ingente de vegetación espontánea, silvestre y desordenada la cual se ha ido consolidando en los últimos años hasta alcanzar una gran dimensión e impedir hechos tan naturales y valorados por cualquier persona como contemplar la ciudad desde la zona del Barrio de San José o, simplemente, ver el río desde Parque Fluvial”.
Añaden que, a pesar de que en los meses en los que el nivel del río Tormes ha sido excepcionalmente bajo, pudiéndose aprovechar para las tareas de desbroce y de extracción de toda esa vegetación descontrolada, la “ocasión que ha sido desperdiciada”.
Por ello, creen que las instituciones implicadas en la gestión del Río Tormes, sus riberas y el paisaje cultural e histórico de Salamanca, deberán, en primer lugar, eliminar esa vegetación surgida de forma espontánea (no los árboles identificables). Y en segundo lugar, “deberían dotar de vegetación de ribera autóctona a estos tramos urbanos del río Tormes y facilitar la integración y disfrute del río a su paso por Salamanca, su contemplación, y recuperar una imagen en la que la ciudad y sus monumentos junto con el río y la vegetación convivan en armonía”.
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