Desde hace varios meses dos nuevos y cortos carriles han aparecido en el tramo de la calle Río Miño que discurre sobre el puente de la vía.
Se trata de dos ciclocarriles o ciclocalles que el Ayuntamiento de Salamanca decidió crear en la mencionada calle para intentar de integrar la bicicleta como transporte alternativo para circular por Salamanca.
Sin embargo, no son pocas las personas que no saben cuál es el objetivo de estos carriles que ya llevan varios años usándose en otras ciudades de España. Su principal característica es que son vías pensadas para la bicicleta y los ciclistas tienen prioridad frente a otros vehículos, llegando incluso a poder circular por el centro de este carril, aunque la DGT recomienda que se haga lo más orillado a la derecha posible. Son vías con un límite de velocidad inferior al resto y que también pueden usar los vehículos a motor.
Para explicar el caso concreto de la calle Río Miño hay que remontarse a la aplicación de la nueva normativa en núcleos urbanos que sacó adelante la DGT en la última legislatura. Esta imponía límites de velocidad más estrictos en determinadas calles urbanas, pero permitía seguir con una limitación de 50 km/h a aquellas con dos carriles.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Salamanca, haciendo uso de la permisividad que ofrece la DGT y como autoridad local, decidió reducir el límite de velocidad del puente a 30 km/h en ambos carriles. Así, en vez de haber un carril a 50 km/h y la ciclocalle a 30 km/h, ambos carriles están limitados a 30 km/h, pero el derecho será preferente para el uso de ciclistas,.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios