La epidemia silenciosa: el suicidio es la principal causa de muerte no natural entre los jóvenes de 15 a 29 años

2020 bate récords de víctimas, mientras los expertos vienen insistiendo en los últimos años en la necesidad de romper el tabú que existe sobre este tema, reformular las políticas sanitarias y poner en marcha un plan nacional de prevención

El suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte no natural
El suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte no natural

Una treintena de personas se suicidan cada año en Salamanca, cerca de 700.000 en el mundo, 11 cada día en España, o lo que es lo mismo, una cada dos horas… Muchas más lo intentan: se estima que por cada suicidio hay 20 intentos.

El suicidio se ha convertido en un grave problema de salud y es la principal causa de muerte externa (fallecimientos no naturales que se pueden prevenir) entre los jóvenes de entre 15 y 29 años. Afecta a familias, comunidades y países, y tiene efectos duraderos para los allegados de las víctimas.

Lejos de reducirse, las víctimas de suicidio se incrementan año tras año. En 2020 se registraron en España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 3.941 suicidios, 270 más que en 2019. Esto supone que cada día se suicidan en España una media de 11 personas, la cifra más alta registrada hasta la fecha. Una cifra que podría ser mayor, ya que ahogamientos, caídas accidentales, envenenamientos, etc., también pueden ocultar muertes por suicidio y no ser catalogadas como tales.

La tasa de suicidios en España es de 7,76 por cada 100.000 habitantes, menor que la media de suicidios a nivel mundial (9,4), mientras que en Castilla y León es de 6,79 por cada 100.000 habitantes, según los datos de la OMS y el INE.

Las muertes por suicidio duplican a las que producen los accidentes de tráfico, son 13 veces superiores a los homicidios y son 67 veces superiores a las que causa la violencia de género. Y, sin embargo, no hay campañas o planes de prevención ni de protección para las personas con ideación suicida y sus familias.

Todos estos datos reflejan que es un grave problema de salud pública, que lejos de reducirse, sigue incrementándose cada año. Quizás el que siga siendo un tema tabú, que no se hable sobre ello, ha provocado que no se implementen las medidas adecuadas para disminuir su prevalencia.

“Es necesaria la implicación de todos para hacer frente a este grave problema de salud pública y poder acabar con esta epidemia silenciosa”, afirma Juan Manuel Sánchez Fuentes, doctor en Psicología, miembro del equipo de Atención Psicosocial de la Unidad de Cuidados Paliativos de Los Montalvos y miembro del grupo de prevención de la conducta suicida del COPCyL (Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León).

La pandemia aumenta un 200% las tentativas en niños y jóvenes

El incremento de las víctimas de suicidio se ha hecho más palpable con la crisis sanitaria. La pandemia de la COVID-19 ha provocado un aumento tanto en el número de suicidios como en el de tentativas.

Aunque el mayor número de muertes por suicidio se produce entre los 40 y 59 años, siendo más del 70% hombres, este pasado 2020 deja un importante aumento en las mujeres, en los menores de edad y también en los mayores de 70 años.

“Ya hay organizaciones internacionales y estudios que manifiestan que las tentativas de suicidio y autolesión en población infantil y juvenil han aumentado más de un 200 % a causa de la pandemia”, informa sánchez Fuentes.

Este incremento de los casos de suicidio por la pandemia se debe a diversas causas. Entre ellas, explica, la pérdida de empleo, el aumento del consumo de alcohol o estupefacientes, las dificultades económicas y/o el aislamiento social por la pandemia. “Los estudios muestran un aumento en el número de casos ansiedad, depresión, y otros problemas de salud mental, factores que incrementan el riesgo de padecer ideación suicida”.

“Es necesario romper el tabú para poder prevenir el suicidio”

Pero el suicidio “sigue siendo un tema tabú en la sociedad y muchas veces las familias lo viven desde el silencio y sin recibir ayuda”, lamenta Sánchez Fuentes.

“Seguimos ocultando los casos de suicidio por la incomodidad que supone hablar de ello, tanto para las personas que sufren esa ideación suicida, como para los supervivientes/familiares de una persona que se ha suicidado, así como en los medios de comunicación”.

Juan Manuel Fuentes considera que “es necesario romper este tabú para poder prevenir el suicidio. Hablar de ello supone informarnos y tener más recursos y herramientas de cara a hacer visibles los casos y poder prevenirlos”.

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Juan Manuel Sánchez Fuentes, doctor en Psicología y miembro del grupo de prevención de la conducta suicida del COPCyL (foto cedida)

Reformular las políticas sanitarias y formar a la población

Desde comunidades autónomas y colegios profesionales “van surgiendo iniciativas puntuales, pero es urgente destinar recursos económicos a desarrollar planes y campañas de prevención e intervención”.

Sánchez Fuentes insiste en la necesidad de “reformular las políticas sanitarias en relación con la salud mental, implementando la intervención psicológica basada en la evidencia en Atención Primaria, reduciendo el abuso de fármacos y ahorrando costes a nuestro sistema sanitario, con el fin de mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas”.

Muchas veces lo que se hace es “sobremedicar y no ir a la raíz del sufrimiento de la persona”. La medicación, añade, es “necesaria en muchos casos, pero muchas veces no se da una atención integral, que incluya los aspectos físico, psicológico, social y espiritual, hasta que se llega a una situación crítica y se descuida la prevención y el soporte psicológico”.

Por eso,reclama, “tiene que haber un tratamiento mucho más amplio que acompañe la realidad de la persona que está sufriendo”, porque “con medicación exclusivamente no podemos ayudar a las personas”.

Además “es necesario formar a la población sobre cómo actuar en caso de padecer la ideación suicida o detectar que una persona de su entorno la está sufriendo: contactar con el 112 y/o acompañar a la persona a un servicio de urgencias”.

Y Sánchez Fuentes también habla de la necesidad de “formar a los medios de comunicación sobre cómo informar, evitando el oscurantismo mediático, informando de forma adecuada, incidiendo en la prevención e intervención, reduciendo así la prevalencia de casos”.

Urge un plan nacional de prevención

Es “urgente” la creación de un plan nacional de prevención del suicidio. Es decir, explica Sánchez Fuentes, “diseñar e implementar una estrategia multidisciplinar y coordinada que ofrezca una respuesta integral a las personas que experimentan comportamientos suicidas y que refleje un compromiso claro por parte de los gobiernos respecto de este problema”.

Un plan que integre las iniciativas que surgen desde las comunidades autónomas e incorpore una mirada transversal y multisectorial sobre el suicidio “con el objetivo de reducir tanto las tentativas como las muertes”.

Además, añade, debe promover “medidas de prevención y control de la conducta suicida, reducir el estigma social, incorporar la atención a los supervivientes y los profesionales, activar los circuitos de derivación a los recursos de apoyo comunitarios”, así como incluir “monitorización y seguimiento de las personas con conductas suicidas para facilitar su recuperación y el seguimiento en duelo de los supervivientes”.

Dicho plan, apunta, también debe ofrecer a la población información sobre la prevención del suicidio, “desmontar las falsas ideas y mitos”, así como mostrar “los signos de alerta para detectar a persona en riesgo”, entre otros asuntos.

Psicólogos en Atención Primaria para la detección y prevención

El grupo para la prevención de la conducta suicida del COPCyL (Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León), del que Juan Manuel Sánchez Fuentes forma parte, sigue trabajando sobre este asunto.

La situación de atención a la salud mental en nuestro país “se encuentra muy por debajo de la media europea, con una ratio de seis profesionales de la psicología por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea se sitúa en 18 profesionales de la psicología por cada 100.000 habitantes”, señala.

Por este motivo, una de las medidas más eficaces que ha venido planteando en los últimos años el Consejo General de la Psicología de España, así como el Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León es “la creación de un plan nacional de prevención del suicidio y una mayor inversión en salud mental en la Sanidad pública, incorporando psicólogos clínicos en Atención Primaria”, lo que “facilitaría tanto la detección precoz como la prevención de este grave problema en este primer nivel asistencial de la salud”.

En definitiva, dar visibilidad y tomar medidas son vitales para prevenir y reducir los casos de suicidio y de la ideación suicida.

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