Si por algo destaca Salamanca y el resto de España es por la cantidad de bares que existen por kilómetro cuadrado, y no por obligación, sino porque a los españoles siempre les ha gustado ir a consumir al bar de la esquina, donde nuestro amigo o desconectar sin necesidad de socializar.
Y es que hay algunos establecimientos que siempre se han querido aprovechar de esta situación aprovechándose de ciertos impuestos que están prohibidos por ley en España.
Entre ellos, el precio de la carta es que tiene que venir finalmente en la factura, además de que todos los lugares tienen que aceptar efectivo y el agua del grifo ha de ser gratis en cualquier bar o restaurante.
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