Expertos instan a tener hábitos saludables desde la infancia para tener más oportunidades académicas y laborales

El programa 'Vive Emplea Saludable' de Acción contra el Hambre busca favorecer la inclusión sociolaboral de personas vulnerables

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Un niño come pizza del menú infantil de Telepizza mientras ve la televisión en su casa
Un niño come pizza del menú infantil de Telepizza mientras ve la televisión en su casa

Tener una alimentación sana desde edades tempranas permite un mejor desarrollo académico lo que conlleva un futuro con más oportunidades, según han coincidido en señalar expertos reunidos por Acción contra el Hambre que han denunciado que las personas desempleadas tienen mayor riesgo de padecer una peor salud (física y mental) al tener una alimentación deficiente en comparación con quienes tienen un empleo.

Esta es la principal conclusión del 'Diálogo sobre Alimentación saludable y empleo', celebrado recientemente en La Casa Encendida de Madrid y organizado por la ONG, junto a un panel de expertos en la materia, enmarcado en el nuevo programa de inclusión sociolaboral 'Vives Emplea Saludable'.

"Los niños y niñas que crecen en pobreza sufren cicatrices irreparables. Una alimentación sana en las edades tempranas permite mejor desarrollo académico y, así, un futuro con más oportunidades. En cambio, una alimentación inadecuada impide ese desarrollo académico y dificulta ese futuro limitando sus oportunidades laborales", señaló la directora del Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza, Carmen Gayo.

"La pobreza infantil hipoteca el futuro laboral de estos niños y niñas que nacen en familias pobres. La pobreza infantil no solo afecta al futuro de esos niños y niñas, sino al de todo el país porque tiene un coste como sociedad", enfatizó.

"El empleo es la fuente principal de calidad de vida de una persona, porque no solo cubre las necesidades materiales sino también da a la persona empleada una serie de valores, como el sentimiento de pertenencia y contribución a la comunidad, de ser útil, y, en última instancia, el de autorrealización", indicó por su parte Pilar Moreno, profesora titular de la Universidad de Málaga e investigadora principal del programa Vives Emplea Saludable.

Moreno utilizó la metáfora de una casa para profundizar en la idea de la salud como pilar transformador: "Los cimientos de esa casa serían la alimentación saludable; la estructura y pilares serían el descanso y el sueño reparador; los ladrillos serían el deporte y la actividad física; la decoración de ese hogar sería el autocuidado --qué necesito yo, con qué tipos de personas me quiero relacionar y qué imagen quiero transmitir-- y, por último, siempre es necesaria la limpieza de la casa, que en la alimentación saludable es la eliminación de sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol, o no tomar pastillas para dormir".

La profesora añadió que, "si una persona no se alimenta bien, será imposible que se satisfagan todas sus necesidades y, por tanto, alcanzar el bienestar psicológico". De ahí la relación directa entre alimentación saludable y salud psicológica.

Mientras, la gerente de la Agencia para el Empleo en Madrid, Belén García, habló sobre la importancia de este tipo de proyectos porque "la incorporación del factor saludable es clave para ofrecer un enfoque 360 a las personas desempleadas que se encuentran en riesgo de exclusión".

"El coronavirus ha demostrado que el desempleo es uno de los grandes factores de inequidad social" añadió Antonio Vargas, responsable de Salud Pública y Nutrición en Acción contra el Hambre. "Son personas que se han visto limitado sus oportunidades laborales y desprovistas de la capacidad de búsqueda de empleo", alertó.

Vargas ha incidido en que "estas personas vulnerables, además, han contado con menos acceso a esos alimentos saludables" que otros grupos de la población y ha impedido la posibilidad de salir de ese ciclo de la pobreza y desempleo.

Los expertos también han coincidido en que la falta de ingresos hace más difícil el acceso a una dieta saludable, sin embargo, no es solo una cuestión económica, también lo es de conocimiento y otros aspectos más psicosociales relacionados con la adquisición de hábitos y actitudes.

"La falta de recursos es importante pero no es lo único que debe tenerse en cuenta para llevar una dieta saludable. Influyen otros factores que condicionan esa dieta sana como es el tiempo, la autoestima de esas personas y la adicción y sensación que genera la comida chatarra, que genera dopamina, conocida como hormona de la felicidad", detalló Vargas.

Por otro lado, en el ámbito de la alimentación infantil, Cristóbal Sánchez, subdirector de programas de la Fundación Montemadrid, comentó la experiencia que su fundación tiene con los comedores escolares y se refirió en concreto al Colegio Ponce de León de Madrid, donde se aplica un programa de alimentación saludable con productos ecológicos y poco manipulados.

"La evaluación, de lo que el alumnado y el personal docente de este colegio han escrito sobre el comedor, ha sido bastante alta, por lo que el obstáculo y/o creencia que había al principio de curso de 'se lo ponemos complicado a los niños y niñas' ha derivado en que sí pueden adquirir hábitos saludables en su alimentación. Otro comedor es posible", concluyó.

El director de Acción Social en Acción contra el Hambre y responsable del programa Vives Emplea Saludable, Luis González, finalizó el encuentro destacando que el objetivo de esta iniciativa pasa por "encontrar soluciones innovadoras al problema del hambre y la malnutrición y esa fue una de las razones por la que Acción contra el Hambre puso en marcha el programa de investigación Vives Emplea Saludable", que ya ha comenzado la fase dos del proyecto y están pasando de experiencias piloto "a escalarlo a otros lugares de España".

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