Hispania Nostra ha incorporado en su lista Roja del Patrimonio un nuevo inmueble en Salamanca. Se trata de la Aceña de San Jerónimo o del Cabildo, ubicado en la capital salmantina junto al río Tormes. Según la entidad, este inmueble que tiene declaración de bien incluido en el Plan General de Ordenación Urbana de Salamanca, tiene una conservación “deficiente”. La entidad asegura que “la cubierta del inmueble se ha perdido prácticamente por completo, se mantienen únicamente los muros, a los cuales les falta consolidación y continúan teniendo pérdidas de material. A su vez, han sufrido vandalismo, reflejado en las pintadas y graffitis. La exposición del edificio a las condiciones meteorológicas ha favorecido la aparición de vegetación en el interior del bien y en las juntas de los muros. En las zonas inferiores de la aceña se observan indicios de erosión fluvial y se puede ver cómo el acceso a algunas de las compuertas o aguatochos ha quedado colapsado por la acumulación de escombros”.
La aceña se encuentra ubicada en la margen derecha del río Tormes. Se trata de un antiguo molino cuyo origen está relacionado con el monasterio jerónimo de Santa María de la Victoria (actual fábrica de abonos), edificado en 1522 junto a un espacio hortícola. La necesidad de regadío para el cultivo de las huertas justifica la construcción de la presa de contención y de la aceña a tan sólo 130 metros del monasterio. En el «costumbrero» de Santa María de la Victoria, quedó documentado que la orden religiosa compró a la ciudad una sección del río que le permitió contar, en el siglo XVI, con veintitrés canteras o pedreras. En siglos posteriores, la aceña pasó a pertenecer al Cabildo, manteniendo por tanto su utilidad hasta el siglo XX.
En el año 2010, en el Plan Especial de Protección del Río Tormes y Arroyo del Zurguén se proyectó la instalación de un centro de interpretación del río en esta aceña, así como también la creación de un gran auditorio al aire libre. Sin embargo, nunca se llegó a materializar debido a que fue anulado el 13 de febrero de 2014, al no haberse sometido al Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Las aceñas son molinos hidráulicos de construcción compleja que se sitúan en cursos de agua de gran caudal. Esta aceña, integrada en la imagen del río, en la trasera del barrio de Mirat, está construida con sillería y mampostería de piedra. Tiene forma de proa, ideada para la canalización del agua hacia el molino de regolfo. Se caracterizaba por contar en su origen con ruedas hidráulicas horizontales con paletas curvas de eje vertical, que estaban ubicadas en la que se conocía como sala de molienda. En este espacio entrarían los torrentes o las fuertes corrientes del río a través de compuertas o aguatochos, dando lugar a una inercia centrípeta en las ruedas que permitía mover a su vez una segunda rueda motriz de piedra que molía el grano. Esta última rueda, en ocasiones podía tener como fin la elevación del agua para canalizarla y conducirla hasta las huertas cercanas, función para la que probablemente se construyó la aceña de San Jerónimo.
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