Homenaje a la Escuela Hogar Sagrada Familia tras siete décadas de servicio en los barrios Blanco y Pizarrales

El centro cierra después de 72 años en los que ha ayudado a los barrios de Pizarrales y Blanco y a la ciudad de Salamanca a crecer, sobre todo en tiempos donde hubo muchas penurias y pobreza

 Homenaje a la Escuela Hogar Sagrada Familia
Homenaje a la Escuela Hogar Sagrada Familia

Hoy cierra sus puertas la Escuela Hogar Sagrada Familia. Abierto en 1945, este centro ayudó caritativamente a todos los vecinos que podían acercarse, sobre todo en los primeros años de su creación, ya que eran tiempos donde el dinero y los recursos eran más que escasos.

Muchos de los vecinos quisieron acercarse al homenaje celebrado hoy en la iglesia de Jesús Obrero de Pizarrales. Allí, además de compartir un aperitivo entre todos, recordaron anécdotas y vivencias ocurridas en la Escuela Hogar Sagrada Familia, lugar donde muchos aprendieron a leer y escribir, además de otros oficios.

Como explicó la madre superiora, Auxiliadora Santiago, la Escuela Hogar Sagrada Familia ha hecho que el barrio de Pizarrales crezca. Esta monja ha vivido los 72 años del centro, ya que antes de ser partícipe de la escuela  era vecina del barrio. Tanto tiempo dan para muchas vivencias, como explica Auxiliadora, por lo que no podría destacar ninguna anécdota en particular.

El centro fue formado por seis hermanas, todas de 22 años, que “con todo el coraje y el amor hicieron todo lo que pudieron”, como explica Auxiliadora. Al crearse poco después de la Guerra Civil, estas monjas ayudaban al barrio en una época “en la que no había ni Seguridad Social”, por lo que hacían de profesoras o enfermeras, como detalla la madre superiora.

Pero lo que más destaca Auxiliadora Santiago de esa época es el hambre que había. Y fue entonces cuando las monjas hacían “una gran perolada de comida” en la Escuela Hogar Sagrada Familia que luego repartían entre todos los vecinos del barrio que se acercaban, llegando a formarse colas “que daban la vuelta a toda la Carretera de Ledesma”.

Años después, la Escuela Hogar Sagrada Familia instauró un taller de costura y bordaje, al que acudieron por primera vez 22 chicas, que aprendieron la profesión y pudieron vivir de ello. Auxiliadora también recordó que los jesuitas ayudaron mucho a las monjas del Amor de Dios, congregación a la que pertenecían, para sacar adelante este taller.

Este centro también impartió clases para que toda la gente que no sabía pudiese aprender a leer y escribir. Además, tenían varios horarios, por lo que todos aquellos vecinos que trabajaban por el día podían acudir por la noche, como explicó orgullosa la madre superiora.

Auxiliadora Santiago quiso recordar que ha sido una “labor muy bien hecha” y con mucha humildad, siempre tratando de ayudar a todos los vecinos de Pizarrales y, en general a todos los salmantinos. De igual manera, quiso agradecer a España Duero por haber financiado toda esta obra social a lo largo de su historia, ya que “sin el dinero no podría haberse hecho”.

Don Jesús, cura de la parroquia de Pizarrales, recordó la ayuda que recibió por parte de las monjas de la escuela a partir de septiembre de 1959, año en el que llegó a Salamanca. Esta ayuda no sólo consistió en guiar y amparar a todos los vecinos, sino que también fue de carácter personal, acogiéndolo en sus primeros días y prestándole el teléfono cuando necesitaba llamar.

También quiso agradecer el trabajo desarrollado por todas las hermanas en estos años, especialmente en 1960 "cuando tantas necesidades hubo", ya que antepusieron el bien común a cualquier otro aspecto.

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